Los bienes raíces son una herramienta efectiva para hacer crecer el patrimonio. No solo pueden dar un retorno de inversión muy alto desde el momento mismo que se termine la construcción. También es posible realizar ciertas acciones a futuro para maximizar el beneficio a largo plazo. En este sentido, casi cualquier proyecto financiero es una decisión financiera prudente. Pero siempre queda la duda: ¿cuál es la mejor forma de pagarlo?
Como casi cualquier producto o servicio, un desarrollo puede pagarse al contado (un único desembolso de dinero) o hacer uso de un crédito (para ir saldando la deuda poco a poco). Lo que más conviene a una persona o inversionista, sin embargo, depende mucho de las circunstancias. Fernando Zepeda, broker de RE/MAX Inmobiliaria Integral y RE/MAX Integral en San Cristobal de las Casas, Chiapas, apunta que hay que considerar siete circunstancias:
1) La capacidad de ahorro
2) Los ahorros con los que cuentas actualmente
3) La estabilidad de tus ingresos
4) La proyección de incrementarlos a mediano plazo
5) Las tasas de intereses de créditos hipotecarios
6) La estabilidad económica
7) El desarrollo inmobiliario de la zona donde se encuentra la propiedad que se desea comprar
Un ejemplo de caso de desarrollo inmobiliario
El experto de RE/MAX apunta que la mejor forma de dimensionar qué conviene o no es a través de un caso práctico. Zepeda comparte el caso de una pareja que cuenta con una capacidad de ahorro de 15 mil pesos y tienen 360 mil pesos ahorrados. Asimismo, hay buenas posibilidades de crecimiento profesional a mediano plazo, las tasas hipotecarias son fijas y estables, hay una buena economía nacional y tienen el apoyo de un profesional capacitado.
Para este ejemplo, el experto apunta que los jóvenes solo tienen dos opciones si quieren comprar una propiedad de tres millones de pesos. Una, ahorrar un promedio de 20 mil pesos los próximos 11 años, esperando que aún haya un desarrollo inmobiliario útil de ese precio en la zona. O bien, solicitar un crédito hipotecario y liquidar la deuda rápidamente, con la posibilidad de venderla a mediano plazo y repetir el proceso en una casa más grande.
Imagina que han pasado 11 años, ¿qué pensarías acerca de ti, sobre la decisión que tomes ahora, y cuánta satisfacción sentirías al respecto?