La calidad, el modo en que está hecho, los insumos que se usan para su realización, son algunas de las cualidades que más destacan de un producto; sin embargo, hay otros elementos asociados a un artículo que son importantes por la parte del marketing (principal, pero no exclusivamente), como es el caso del packaging, cuyas cualidades cambiarán dependiendo del tipo de bien que contenga. Si se trata de alimentos, ¿qué consideraciones hay que tomar en cuenta? Revisaremos a continuación algunas de las que más destacan para este tipo de materiales.
La primera función, y quizá de las más importantes, del packaging es resguardar un determinado producto. Por este motivo, el material del que está hecho debe asegurar que el artículo que hay en su interior no pierda sus propiedades organolépticas. Por ejemplo, si hablamos de leche, puede venir en una botella de vidrio o en tetra pack. Sin embargo, si se trata de atún, la mejor opción será el peltre. Es importante tener asesoría técnica para seleccionar el correcto.
La mayoría de los alimentos que se generan tiene una fecha de caducidad, la cual indica la fecha a partir de la cual un producto comienza a perder sus cualidades e incluso de puede echar a perder. Por ley, este tipo de artículos, en su packaging deben de contar con este dato a la vista, principalmente para que el consumidor lo vea y esté consciente de dicho límite.
Otro datos que se debe de colocar prácticamente por ley es la tabla nutricional, en la cual se especifique la cantidad de algunos de los componentes con los que cuenta dicho alimento.
Por supuesto, y al tratarse de el empaque de un producto, es importante considerar que esté brandeado con la imagen de la marca, además de que sea funcional y que permita su agrupación con otras unidades iguales de artículos.
