Uno de los desafíos que tienen las marcas de todo el mundo es conocer aquellos factores que definen a su mercado. Sin duda, es uno de los principales retos que tienen todas las empresas, ya que cada día se suman nuevos elementos que demandan los diferentes nichos de Mercado.
Por esa razón, la gran mayoría de las empresas tardan en transformarse a grandes comercios porque su capacidad de ofrecer soluciones no corresponde a las demandas actuales de sus consumidores.
En Estados Unidos, por ejemplo, Domino’s Pizza realizó pruebas junto con un Ford Motor Company para comprender mejor el papel que los vehículos de conducción autónoma puede jugar en el reparto de pizzas. De esta manera investigaron las reacciones de los usuarios a la interacción con vehículos de conducción autónoma como parte de su experiencia de reparto, así las dos marcas conocieron si esto representaba una oportunidad para su negocio.
Por supuesto, el uso de aplicaciones móviles y el entorno urbano de la ciudad de Ann Arbor, entre otros actores, ayudaron a qué está fuera una interesante idea para potenciar la experiencia de reparto de pizzas.
Sin embargo, ¿qué sucede en Latinoamérica? ¿Qué define al consumidor latinoamericano? Recientes estudios señalan que uno de los factores que preocupa más a los consumidores latinoamericanos son los precios. De acuerdo con in-Store media, en Argentina, Chile y México los consumidores asisten al supermercado motivados por el precio de los productos.
Por otro lado, los consumidores colombianos buscan experiencias, más que consumir productos. Por esa razón, hacen cada vez más uso de aplicaciones móviles relacionadas con servicios de transporte, pedido de alimentos e información del tránsito, según CINTEL.
Al final, debido a que el consumidor latinoamericano busca experiencias y precios convenientes es importante la ejecución de estrategias BTL en el punto de venta de los supermercados para que así se pueda potenciar su experiencia de compra y lograr mejores ventas.