En un punto de venta es de suma importancia plasmar la identidad de la marca, pero también crear atmósferas agradables que inviten al comprador a permanecer por más tiempo y a adquirir más productos. Bajo esta lógica, cualquier tipo de tienda, hasta una sex shop debe ofrecer elementos que atraigan a los consumidores, eso justamente hace el diseñador de interiores neoyorquino Karim Radish para crear la decoración de una cadena de sex shops en Alemania en las que predominan las curvas y los colores monocromáticos en tonos dorados.
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Los compradores de la marca Fun Factory seguro vivirán una experiencia única dentro de las sucursales de esta cadena de sex shop, pues el interior está diseñado para satisfacer los deseos más primitivos, según señala su propio diseñador de interiores Karim Rashid sus formas curvas y los colores que van del negro, gris y blanco dan una atmósfera diferente y sexy.
Para su diseño Rashid usó formas orgánicas que permitieran transmitir deseo, emoción y pasión, que se tradujera en un espacio sensual digno de una tienda que pone a la venta vestuario y juguetes sexuales.
Las ciudades de Munich, Berlin y Bereman cuentan con una de estas tiendas de Fun Factory que han logrado atrapar la atención de los clientes gracias a su seductor diseño que incluso es elegante y artístico en donde los maniquíes juegan un papel importante en la decoración de estas sex shops que por fuera cuentan con un escaparate de vidrio decorado con puntos dorados, lo cual las hace más atractivas.