Todo parece indicar que los productos dañinos para la salud siempre tendrán un nicho de mercado asegurado, sin importar que sus componentes sean causa de muerte y de graves enfermedades. Y aunque algunas marcas ya han puesto “manos a la obra” para cambiar la situación, el consumo de productos nocivos es creciente.
Atendiendo a esta preocupante situación que implica a una gran parte de la población mexicana, la Secretaría de Hacienda presentó, como parte de la propuesta de Paquete Económico para el 2020, una resolución que consiste en aumentar las cuotas del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
Estos aumentos están previstos únicamente para empresas fabricantes de productos dañinos como cigarros, bebidas energetizantes y refrescos. Del mismo modo, la iniciativa plantea la homologación de gravamen de cerveceras.
Esta propuesta, que anteriormente ha sido aplicada con los mismo fines, dio como resultado un ingreso de 37 mil 971 millones de pesos tan solo durante el 2014. Mientras la primera mitad del 2019 ha recaudado 53 mil 402 millones de pesos, lo cual según Hacienda, representa un aumento del 41%.
No obstante, y aunque las ganancias son sustanciales, la aplicación de IEPS no ha funcionado para reducir el consumo de refresco, ni de bebidas energetizantes, ni mucho menos de cigarro y cerveza.
Los hábitos de consumo ante los productos dañinos
Aunque esta nueva propuesta está bien intencionada y resulta favorable ante las finanzas públicas, el registro de hábitos de consumo ante este tipo de productos, ha demostrado que estas iniciativas, fuera de desalentar el consumo de productos nocivos para la salud, representa una oportunidad para el comercio informal de éstos.
Es decir, aunque los costos de estos productos aumenten, su consumo no se detendrá y por el contrario, la compra informal será creciente. Esto, tal como lo señala Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, conlleva una evasión fiscal además de un riesgo sanitario.
