Hace algunas semanas atrás, antes de que el año concluyera, estuve compartiendo con algunos colegas, con mi socio de la agencia y con mi hermana quien es gerente de una empresa mexicana en Colombia, respecto a la publicidad que se destina para socializar temas “amigables” desde el aparato de gobierno, los anteriores esfuerzos han caído en la sobreexplotación de lugares comunes.
El ejemplo que más me gusta, son todas esas campañas que se hacen en para prevenir a la población de las bajas temperaturas. Quiero precisar que estoy a favor de la responsabilidad de informar, más cuando tiene que ver con prevenir desastres o enfermedades. Además, sé la lógica de que el gobierno no controla el clima y sus consecuencias.
Lo que resulta irrisorio es la cantidad de información (texto) que se coloca en espectaculares y vallas, la gran saturación de carteles, así como spots radiofónicos y televisivos. Convertimos en vacío el mensaje, cuando olvidamos atender el problema para solamente advertir del mismo.
Para la última línea, le tengo otro ejemplo, en el cual se invita a cuidar el aguinaldo, se hace bajo dos perspectivas, por una lado, el del tema del ahorro, y por otro, las precauciones necesarias para evitar robos. Las campañas sobre la preservación del aguinaldo tienen el mismo despliegue que el tema del frío.
Por los anteriores excesos publicitarios es que las personas suelen desacreditar al marketing, lo cual, ligado a la política, en especial al gobierno, hace un conjunto con mayor tendencia a la incredulidad.
Coincido con las personas en que muchas de las campañas anteriores se hacen como para llenar la pautas y como para tener algo más allá de festividades católico-cristianas que se difunden con presupuestos públicos.
Los mensajes publicitarios del gobierno son frágiles, pues en la época de frío la responsabilidad del estado es proveer servicios de salud, albergues y planes para emergencias, los carteles y spots son útiles para enterar, pero insuficientes cuando solo se basan en la recomendación, en lugar de la proveeduría de los servicios que deben de cumplir.
No queremos carteles diciendo que cuidemos el aguinaldo, deseamos policías resguardando nuestra seguridad y precios justos que alcancen para hacer buenas adquisiciones con el monto que nos es dando anualmente.
Hace meses vi unos comerciales de la H. Cámara de Senadores, haciendo alusión indirecta a Donald Trump, lo cual se hacia en un tono sarcástico, pues le llamaban “la política de las trompadas”. Por lo que recordé que mientras las agencias, expertos y consultores en marketing político, gubernamental y legislativo, sigamos “succionado” presupuesto para campañas basura, la credibilidad será una panacea difícil de conseguir.