Quizá una de las piezas más importantes en el visual merchandising es el precio de los productos que se están exponiendo en el escaparate. Básicamente todos los estudiosos y los profesionales que se dedican a montar este tipo de espacios coinciden que sería un grave error no colocar este elemento. Sin embargo, si la pieza es el centro de gravedad de todo aparador, ¿por qué dedicarle tan especial atención a este detalle? En las siguientes líneas hablaremos un poco más al respecto.
Cuando un transeúnte camina por la calle y ve un escaparate, una de las primeras cosas que busca es el precio. ¿Cuánto cuesta lo que estoy viendo? Si no lo encuentra, pasará una de dos cosas: o el cliente potencial sigue su camino (posiblemente porque piensa que el artículo en cuestión parece caro para sus estándares) o entra y descubre que realmente está fuera de los límites o que es está exactamente dentro de lo que puede costear.
Lo segundo implica un mayor esfuerzo para los clientes: tienen que entrar a la tienda, buscar lo que está en el aparador y encontrar su precio (en dado caso de que tenga una etiqueta que lo tenga, pues en caso de no tenerlo la cuestión se complica un poco más).
Puede parecer un detalle mínimo, pero no colocar los precios a los productos que se encuentra en un aparador podrían hacer que disminuyan el número de visitantes en el punto de venta y que, por ende, también haya una reducción en el volumen de ventas.
Cabe destacar que en algunos países de Europa, los encargados de un punto de venta están obligados por ley colocar el precio de los productos que se encuentran exhibidos en un escaparate.
Es importante mencionar que además se puede hacer una estrategia de precio en el escaparate, para que la gente se sienta mucho más atraída a entrar en un punto de venta.
