¿Se han dado cuenta que todavía batallamos para abrir o usar ciertos productos? ¿Por qué todavía tenemos que usar “abrelatas” para algunos? ¿Por qué cuando abrimos otros, luego no tenemos cómo volver a guardar el producto que nos queda? ¿Por qué se pierden los popotes de los jugos o las leches? ¿Por qué dice el empaque que es fácil de abrir si realmente no lo es?
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Podemos plantearnos muchas preguntas en torno a este tema y vemos aquí claramente una gran oportunidad en el mercado.
Hay productos que han logrado trabajar este tema de buena manera. Por ejemplo, hemos visto como en las cajas de leches, hoy es sumamente práctico poder abrir y cerrarlas porque tienen una tapa que nos facilita la vida enormemente. Otros productos lo único que hicieron fue dar vuelta el empaque y con ello lograron mejorar de manera significativa nuestra experiencia de uso del producto (cátsup, mayonesas, shampoo, acondicionadores, etc). Otros empaquetaron también las unidades individuales de sus productos que venían en un empaque mayor y con ello facilitaron el uso del mismo (tés, toallas femeninas, etc.). Y otras categorías han ofertado empaques con menor cantidad de producto pero en la medida justa para ciertas ocasiones de uso o consumo (las leches en “cuartito”, los empaques de sólo 3 o 4 galletas, las latas de refresco pequeñas, etc).
¿Pero qué es lo que los mexicanos demandamos al respecto? El 67% de los encuestados esperan que los productos que compren sean fáciles de abrir; el 49% que sean fáciles de guardar; el 38% que la información nutricional sea clara; el 37% que sea de material reciclado; 23% que tenga sugerencias de uso y el 15% busca un diseño innovador.
Los compradores mexicanos hacen una demanda sumamente básica: Que sean fáciles de abrir. No puede haber algo más básico que esto y es lo que están pidiendo. Si tienen esta preocupación es porque en la actualidad, aunque suene un poco absurdo, no todos los productos les están ofreciendo este básico.
La segunda también es bien básica: Que sean fáciles de guardar. Claro, muchas veces ya abiertos los productos no tenemos muy claro qué hacer con lo que nos queda.
Nos damos cuenta entonces que hay una demanda de practicidad muy clara en los compradores mexicanos y por lo tanto aquí hay grandes oportunidades para las marcas. Es importante que aquellos que quieren llamar la atención de los consumidores puedan tener una mayor sensibilidad respecto al performance de sus productos en los hogares. Hay que estar con los usuarios finales y corroborar que el producto realmente tenga el éxito esperado. Claramente este camino no lo hacen todos porque si así fuera no estaríamos hoy todavía batallando con algunos empaques en nuestras casas.
Todas las marcas desean crecer, y más hoy que nuestro escenario económico no está en el mejor momento, y vemos aquí un camino muy interesante para captar la atención de nuevos compradores a las marcas o de fidelizar a los que ya se tiene.