Cuando tenemos enfrente alimentos de varios colores normalmente preferimos escoger el de color rojo, es el caso de los panditas, lifesavers, M&M’s, froot loops y muchos otros. Sabían que muchos de estos productos tienen exactamente el mismo sabor sin importar el color? En muchos casos solo se trata de un colorante artificial y el sabor es igual independientemente del color.
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En la mayoría de productos de consumo, el color rojo llama más nuestra atención. La psicología del color nos dice que es el color ideal para despertar el hambre. No por nada es el color más utilizado en marketing de alimentos. Recuerdan el color de una marca de cigarros, una de refrescos y una de comida rápida?
En la publicidad se utiliza el rojo para provocar sentimientos eróticos. Labios, uñas, zapatos, autos o vestidos de color rojo son arquetipos en la comunicación visual sugerente ya que se ha comprobado que este color aumenta el ritmo respiratorio y eleva la presión sanguínea. Diversos estudios también demuestran que cuando los humanos vemos el color rojo reaccionamos con mayor velocidad y fuerza. Es por eso que es el color asociado al amor, sexo, fuego y poder.
Muchos no lo saben, pero el comer alimentos de color rojo también tiene beneficios para el físico, ya que ayuda a tener una mejor salud cardiovascular, mantener una buena memoria, disminuir el riesgo de cáncer y disminuir el riesgo de enfermedades del sistema urinario. Obviamente no me refiero a comida rápida o con colorantes artificiales, me refiero a alimentos que se encuentran en color rojo en la naturaleza como lo son el jitomate, la fresa, la sandia, la carne, el pimiento, entre otros.
Cuando hablamos de marketing sensorial tenemos que recordar que este viene desde el desarrollo del producto y no hay que dejar ningún detalle al azar, en el caso de alimentos se analiza la textura en las manos y en la boca, el crujir o la sensación al morder, el sonido que produce, el empaque y sobre todo el color. El color es con lo primero que tenemos contacto y este puede despertar ciertas emociones en nosotros.
¿Tú qué color prefieres comer?