Todos hemos escuchado que un determinado producto ya no tiene el mismo precio que cuando fue comprado. Por ejemplo, hay quienes mencionan que un automóvil, una vez que deja la agencia donde le venden, pierde cerca del 30% del lo que costó. ¿Por qué pasa esto? Para responder esta pregunta debemos comprender qué es la depreciación y cómo es que funciona, tema sobre el cual te platicaremos en las siguientes líneas.
Nada dura para siempre, y los productos no son la excepción. Todo sufre un desgaste natural, ya sea por el paso del tiempo o por el uso que se le da. Mientras sus cualidades decaen, su precio también lo hará. Precisamente esto es lo que se puede comprender como depreciación.
Sin embargo, una definición más formal de este término es el siguiente: la provisión que se realiza periódicamente para trasladar al gasto parte de los costos de producción de un cierto bien, de acuerdo con datos de Funda Pymes.
La definición anterior es particularmente útil para empresas (como las agencias), ya que explica, en palabras llanas, que esta pérdida de valor que sufren los bienes por su utilización deben ser considerados en los costos de los productos que se generan con ellos.
La idea, de acuerdo con Gerencie, es que si un bien (que se usa para realizar otros en una empresa) se desgasta con el tiempo, eventualmente habrá que comprar otro. Una forma de hacerlo es precisamente integrando a los costos de producción el porcentaje del valor que pierde en un cierto periodo. Así, al final, en teoría, se podrá volver a comprar un insumo nuevo.
De acuerdo con datos de Economipedia, es muy importante reportar en el balance general de una empresa la depreciación de los bienes con los que se trabaja, puesto que de lo contrario no sólo se puede incurrir en una situación peligrosa con los inversionistas y dueños de la compañía, sino que se pondrá a la organización misma en un serio riesgo.