Errores de ortografía y sintaxis no son caso aislado en marketing; desde el volante hasta un eslogan de una campaña, el desatino puede presentarse.
Sin embargo, pareciera que esto, en lugar de hacernos reflexionar, reflexionar sobre cómo se dio el error y de qué manera se puede evitar en situaciones posteriores, es motivo sólo de burla y viralidad en redes sociales, tal como sucedió con #hasthtagcampaña o con el reciente caso en un retailer de Tamaulipas llamado Arteli el día de ayer, en el que se leía lo siguiente:
Preciazo,
Todos los desodorantes Axe 96 o 112 G varios aromas, de 59.90 a sólo 39.90
Lo antes señalado indica, de manera literal, que todas las piezas de producto en ambas presentaciones tienen un costo total de casi 40 pesos, lo que sin duda representa una excelente oferta. Se trate de 100 o 500 desodorantes, es la oportunidad perfecta de tomar toda la mercancía de las dos presentaciones disponibles en anaquel y llegar con ella a caja.
¿La sintaxis debe ser importante en el marketing?
No sólo debe tener un peso considerable en esta industria, sino en todos y cada uno de los sectores, sin importar que sea una empresa o instancia gubernamental.
Una correcta ortografía, al igual que un adecuado ordenamiento de las palabras, así como su conjugación verbal, son elementos básicos y clave para que un mensaje se comunique de forma que evite confusiones en quien lo lee.
En el caso de ese anuncio, la palabra “preciazo” no figura en el Diccionario de la Lengua Española, ni en otro diccionario o institución especializada en lenguas que avalen su significado o correcta escritura.
Pero el descuido de sintaxis mayor radica en la palabra “Todos” que, literalmente, indica que el shopper puede adquirir todas las latas de desodorante por 39.90 pesos.
Es cierto que esta palabra es muy usada en marketing para hacer referencia a que productos de ciertas marcas están en oferta o con precio especial, y que alude implícitamente al costo por pieza. Pero, si se considera dicha palabra de forma literal y explícita, decir “todos” es referirse a todo el producto puesto en anaquel, disponible en ambas presentaciones.
Carlos Rocha, el comprador que aprovechó la oferta, y con pleno conocimiento de a qué se refería el anuncio, recurrió a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para que el retailer le hiciera válido su argumento y compra, queja que fue atendida y avalada por la instancia federal.
La acción tuvo como resultado que Rocha pudiera llevarse a casa 235 desodorantes por 39.90 y un descuento de 9 mil pesos en el pago salarial de los empleados encargados de redactar los anuncios en dicho retailer.
Este error pone de manifiesto la importancia que tiene cuidar cada palabra y la estructura gramatical de anuncios que cada marca coloque en diverso medios de comunicación y puntos de venta. La claridad en el mensaje y la manera en que se difunda es fundamental para no caer en malos entendidos que puedan llevar a una marca ante instancias defensoras del consumidor que les generen pérdidas económicas, además de poner en duda sus estrategias de marketing BTL.
Es cierto que los descuidos al momento de escribir se dan por diversas razones; también sabemos que hasta el más diestro en redacción comete errores. No obstante es necesario que, antes de exponer algo al consumidor, se analice si el mensaje se lee y se entiende tal y como la marca quiere que se comprenda.
