Para los consumidores, la ubicación de una tienda minorista influye en su percepción de la experiencia. Por años, tiendas departamentales, supermercados y centros comerciales se han distribuido en zonas donde los clientes pueden acceder de forma sencilla y rápida.
Además, la localización de los establecimientos detallistas se ha convertido también en una ventaja competitiva que, a su vez, grandes centros comerciales, así como tiendas departamentales y especializadas han mantenido y con ello han obtenido una mayor relevancia en el mercado.
En nuestro país, importantes marcas de retail han decidido establecer sus puntos de venta para crecer en el mercado mexicano. Sin duda, una de las decisiones cruciales en esas decisiones ha sido la evaluación de las zonas en donde se encontrarán sus establecimientos comerciales.
De acuerdo con datos de la consultora Lizan Retail Advisors, los centros comerciales en América Latina han crecido 5 por ciento anualmente, lo que equivale a 10 mil metros cuadrados que se pueden alquilar. Según la fuente, México encabeza la lista de los países que tiene el mayor número de centros comerciales, seguido de Brasil, Argentina, Perú y Chile.
Cabe señalar que, se estima que nuestro país tenga 760 centros comerciales para el 2025. En cambio, se proyecta que para ese año en el mercado estadounidense se cierren alrededor del 25 por ciento de los establecimientos.
De modo que, antes de realizar una inversión para la construcción de un establecimiento físico, es importante conocer aquellas barreras que posiblemente limitarán el acceso a los clientes.
La incompativilidad de clientes es uno de los motivos. Sin duda, una de las principales barreras de los establecimientos físicos para generar más ventas es la poca probabilidad de intercambiar clientes con otros negocios. Es decir, mientras mayor sea la compatibilidad entre las empresas cercanas, el intercambio de clientes y el volumen de ventas para cada empresa aumentará significativamente, generando así beneficios para ambas.