Las Pop-Up Store son herramientas efectivas para atrapar la atención del consumidor y crear un vínculo con él.
Las marcas cada vez se arriesgan más a este formato de retail, pese a que es relativamente aún bastante joven y su ejecución implica un estudio específico de lo que realmente se quiere hacer.
Ante la naturaleza poco predecible de este esquema minorista, lograr el éxito de una campaña de este tipo no tiene recetas mágicas.
No obstante, estos consejos ayudarán a delimitar una estrategia mucho más clara de lo que debe hacerse.
Experiencia inmersiva
Las Pop-Up Stores deben tener la capacidad de atrapar al consumidor en un mundo aparte. Similar a la regla en el diseño de un punto de venta común, las Pop-Up deben ir un paso más allá y transportar a quien las visita a otro mundo en el que se ofrecen no sólo productos, sino toda una experiencia de compra.
Elemento sorpresa
Como su nombre lo indica, las Pop-Up deben dar la impresión de que simplemente aparecen de la nada. Tanto el espacio que utilizan como los productos y sencillamente el hecho de que esté presente debe ser toda una sorpresa para quienes los observan.
El sello de la marca
Cada aspecto de la tienda Pop-Up debe ser parte de la marca que representa. Todos los detalles estéticos deben ser reflejo de lo que la marca quiere comunicar.
De la mano con redes sociales
En esta época, una marca o una campaña sin presencia en redes sociales sencillamente no existe. Combinar la dinámica del Pop-Up Store con la participación a través de Facebook, Twitter, Snapchat o Instagram ampliará exponencialmente el alcance de la activación.
Ser específicos
Como la tendencia que tecnologías como el Big Data ya proveen, es necesario segmentar a nuestro target y ubicar un específico al que queramos llegar. De esta manera, la estrategia será mucho más clara y, por ende, más efectiva.