Los que nos dedicamos a la Publicidad, Mercadotecnia y/o Comunicación, nos hemos topado en muchas ocasiones, con clientes que nos pueden decir muchas cosas sobre la inversión publicitaria, incluso lo ven como un gasto, no como una inversión, muchos de ellos quieren vender en primera instancia y después “anunciarse”.
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El PODER de la MARCA
Siempre hago una analogía en referencia a este tema. Cuando vamos a una fiesta de etiqueta, ¿vamos de mezclilla?, la respuesta es sencilla, si quiero verme bien, tengo que invertir en mi vestimenta, porque quiero causar una buena impresión, y esa impresión es la llave de entrada, para quien nos va a consumir.
Y si nos vemos al espejo como marca, debo responderme lo siguiente:
- ¿Qué quiero decir?
- ¿Cómo lo voy a decir?
- ¿Dónde y con qué lo voy a decir?
Teniendo las respuestas correctas y si estamos en el proceso de elegir los medios en donde me publicitaré y más allá del presupuesto es responsabilidad de la marca generar estos valores:
- Comunicar una buena reputación
- Fomentar la fidelidad
- Garantizar la calidad
- Transmitir una percepción de gran valía
- Brindar al comprador una sensación de pertenencia
Y esto es indispensable, porque el comprador tiene una ruta:
DESCUBRIR A LA MARCA – ADOPTARLA – INTERPRETARLA – EXPERIMENTARLA (PROBARLA) – CONSUMIRLA
A mis clientes siempre les hago una pregunta antes de pensar en invertir y anunciarnos; ¿que buscamos?. Después de tener la respuesta, ahora sí el plan de medios entra en juego y podemos echar la cabeza a volar.
El plan de medios debe estar enfocado en dos objetivos.
- Vender
- Posicionar la marca
Aquí es importante segmentar; si pensamos que todos nos van a comprar, que todos nos necesitan, estamos en un problema, porque pensar así es suicidarse. Tenemos que ser claros en nuestra segmentación para que tengamos el éxito que estamos buscando y esperando.
