Realizar personal branding no es cosa fácil y mucho menos hoy en día cuando todos estamos expuestos a la viralidad de algunos medios digitales, tales como las redes sociales, donde en la mayoría de los casos no medimos el alcance que puede tener una publicación.
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En ese contexto, te presentamos 3 casos que evidencian cómo una publicación poco reflexionada en Twitter dañó notablemente la imagen, ya muy desgastada, de dos personajes de la vida pública y uno más que deja de manifiesto que las redes sociales pueden echar abajo la carrera de cualquier persona común.
1).- Lucero (actriz y conductora): En este caso una fotografía de la actriz que muestra su afición por la cacería se viralizó impactando de manera negativa la imagen de la conductora que es recordada por su participación en el Teletón.
El alcance de la inesperada fotografía sumó 146 millones 179 mil 584 impresiones en Twitter a través del hashtag #LuceroAsesina, en tan sólo 24 horas. Sin duda un fuerte golpe a la imagen personal de la celebridad.
2).- Cristian Castro (cantante): Un post que el mismo cantante realizó en la red del pajarito azul, donde aparece semidesnudo durante un masaje se convirtió en víctima de bromas y parodias.
La osada acción sumó 24 millones 259 mil 965 impresiones en Twitter mediante el hashtag #RetoSaiote, en esta ocasión en menos de 24 horas. Seguramente el hijo de la también cantante Verónica Castro no imaginó nunca el daño que él mismo hacía a su imagen pública.
3).- Justine Sacco (directora de comunicación): El ejemplo de que no se necesita ser una celebridad para ser víctima de la viralidad de las redes llegó de la mano, o más bien del teclado de Justine Sacco, jefa de Relaciones Públicas de la empresa británica IAC, quien publicó en su cuenta la frase: “Going to Africa. Hope Idon’t get AIDS. Jus kidding. I’m white!” (“Me voy a África. Espero no contraer Sida. Es broma. Soy blanca!”).
El acto racista se viralizó y al paso de 30 días suma 29 millones 910 mil 478 impresiones en Twitter. Seguramente cuando la mujer escribió su tweet no imaginó que sumaría las impresiones suficientes para perder su trabajo y convertirse en un claro ejemplo de la importancia del personal branding.