-¿Cuándo se restablece el ‘nuevo normal’?
-Nunca, estamos en la economía del ‘hazte para allá’ y todo lo que dábamos por sentado, como ir a un concierto o a un festival musical ya super fue.
-Pero ya van a encontrar la vacuna y en Junio ya va a haber activaciones e influencers y todo…
-Nooo!
Explico. una vacuna tarda décadas en poder ser planteada, probada, fabricada y distribuida. Aunque Doña Betty pida que le hagan una vacuna rapidita esto es como hacer un bebé: se tarda nueve meses y no se puede hacer en tres.
Lo que plantea que cambien todas las temporalidades: como no hay vacuna, no hay conciertos, no hay viajes, no hay conferencias. Están pensando cosas desquiciadas como quitarle la mitad de los asientos a los aviones o hacer ‘restaurantes individuales’ -cosas que se enfrentarán a las imposibilidades del costo.
Un autor, Paul Yonnet cuenta una historia interesante en ‘Juegos, Modas y Masas’ de 1985: -se puso a analizar las lápidas en cementerios de mascotas, que de hecho existen desde el siglo XIX. En las más antiguas dicen cosas como: ‘Gracias a mi fiel Fido por tantos años de servicio’; después en 1940 algunas líneas ‘Aquí yace mi amigo Botitas’; y sólo en las del mundo contemporáneo: ‘Mi hija Dorita’… Con lo que se ve que los lomitos -y por supuesto también los michis- pasaron de ser una especie de ‘servidores’ en las casas, a un buen amigo, a la locura por los perrhijos actuales.
Pero eso solo puede ser… ¡por las vacunas! En la década de los 60’s había dos vacunas para las mascotas y hoy se cuenta con literal decenas. Sin vacunación la tasa de mortalidad era de arriba del 85% en cada camada.
La ecuación es sencilla: ¿cuál puede ser el gran cambio para que ahora tengamos relaciones tan intensas, largas y profundas con las mascotas? -una cuestión de inversión: capitalizamos tantos sentimientos porque actualmente sobreviven en un porcentaje altísimo, duran décadas y eso hizo el gran cambio.
A nivel planetario la población es de unos 500 millones de perros y por ahí de 400 millones de gatos. Son de las pocas especies que están más que lejos de estar amenazadas por la extinción. Y todo tiene que ver con que podemos estar muy cerca de ellos, su existencia es parte del ciclo económico -su valor se calcula un monto de 269 mil millones de dólares para el año 2025-. Lo que hoy estamos viviendo con el covid19 es el problema de poder mantener economías de esa escala en la distancia social.
Ese es el escenario apocalíptico de ‘El Planeta de los Simios’, una pandemia que se transmite a humanos obliga a sacrificar a todas las mascotas del planeta. Deprimida, la humanidad empieza a criar chimpancés en las casas…
El asunto es que las vacunas permiten CERCANÍA. En Mx no tenemos tantos #antivaxxer como en USA. Pero como nuestras clases altas hipsterizadas y fresas son bastante de mala calidad, es una idea que revolotea en nuestras redes. Sólo un consejo: si no crees en las vacunas, no te encariñes mucho con el niño.
