Una de las principales promesas que, en su momento, realizó la nueva administración fue que habría oportunidades laborales para los mexicanos, de tal modo que tuvieran una constante fuente de ingresos. Entre las medidas tomadas por la Secretaría de Trabajo, cuya titular es María Luisa Alcalde, fue generar programas para fomentar a las empresas a brindar su primer trabajo a los jóvenes y también para otorgarles la ocasión de que adquieran experiencia para que puedan desarrollarse de profesional y personalmente. A pesar de los esfuerzos, implementados por los gobiernos federales y locales, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el desempleo en el país tuvo un repunte importante.
Para comprender este repunte en el desempleo, el Inegi, por medio de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, dio a conocer que para el tercer trimestre de este 2019 hubo 2.1 millones de personas que no tenían empleo, lo cual se puede traducir en el 3.6 por ciento del total de la población económicamente activa.
Adicionalmente a dicho dato, otra información importante que ofrece el estudio es que la población subocupada alcanzó para ese mismo periodo una tasa del 7.7 por ciento, lo cual se traduce en que actualmente hay 4.3 millones de personas que laboran una determinada cantidad de horas, pero que tiene tiempo para poder emplearse en otras labores.
La cantidad de personas ocupadas pero en el ramo informal alcanzó para el tercer trimestre del 2019 la cifra de los 31.2 millones de individuos, lo cual se puede traducir en un 56.4 por ciento de la población empleada en el país.
Sin embargo, el desempleo no se presentó de manera uniforme en las 32 entidades del país, sino que, por ejemplo, Tabasco presentó el mayor índice para tercer trimestre del año, al haber llegado a los 7.4 por ciento, seguido de Querétaro (5.4 por ciento), Ciudad de México (4.8 por ciento), Estado de México (4.7 por ciento) y Coahuila (4.5 por ciento), según datos de El Universal.
De acuerdo con información de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD, por sus siglas), para el 2018 se estimó que la economía informal aportó el 22.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).