Día a día, y en vísperas de El Buen Fin (cuya derrama, de acuerdo al gobierno federal se espera que llegue a los 118 MMDP) , son más las personas que ya no sólo realizan sus compras directamente en los puntos de venta, sino que también los hacen de manera digital, haciéndolos partícipes del e-commerce. Al detectar dicho comportamiento, también ha incrementado la cantidad de marcas y empresas que buscan tener su tienda en línea (tanto por costos de mantenimiento como por la cantidad de tráfico que puede atraer). No obstante, este deseo de subirse al tendencia ha hecho que muchas compañías generen su tienda en línea con errores que les están costando visitas.
Hace sitios sumamente pesados, que tengan una ingente cantidad de elementos como banners o videos o incluso que el servidor no sea el adecuado pueden provocar que una tienda en línea pierda oportunidades de venta. El principal motivo de esto es que la mayoría de las personas buscan la inmediatez. En este entendido, si un sitio tarda más de 3 segundos en abrir, aumentan las posibilidades de que los clientes decidan mejor salir de ella.
Sin embargo, la cantidad excesiva de publicidad en una tienda online no sólo tiene impacto en el tiempo de carga, sino que también puede provocar, por un lado, que los clientes padezcan blindness banners y dichos anuncios sean trabajo desperdiciado; por otro lado, la gente se puede perder entre tantas imágenes y call yo actions, de tal modo que no encuentre lo que realmente está buscando y decida salir sin concretar la compra en línea.
Lo anterior va de la mano con el diseño y la programación de la tienda en línea. Si no se trabaja de manera concisa y constante en generar una adecuada experiencia de usuario, la cual sea capaz de facilitar la compra, difícilmente se podrá conseguir un incremento sustancial en el número de ventas.