Cuando una marca es de calidad, puede ofrecer varios productos y además brindar valor agregado a lo que vende.
En el caso de los productos comestibles, las marcas tienen que vender buenos sabores para ser atractivos. Por otro lado, si lo que buscan es sorprender al consumidor, tienen que acudir a un elemento que ya es parte de su oferta.
Aprovechando que los alimentos se tienen que transportar y envolver, hay que proponer un buen packaging.
Ejemplos de packaging en alimentos
Sea para trasladar las compras o para envolverlas, una buena marca puede invertir en propuestas divertidas, innovadoras, llamativas. En ocasiones sólo por aniversarios, otras por la temporada del año, la idea es salir de la rutina.
El primer ejemplo corresponde a estos dulces que están envueltos en una hoja de celofán, pero rostros graciosos aparecen al frente. Muchos consumidores van a estar interesados en coleccionarlos.
Este otra ejemplo es más bien para llevar alimentos que van dentro de vasos. Con una hoja de material resistente se forma una especie de bolsa. Esta última característica hace ideal esta idea para dirigirse a las mujeres.
Y ya que estamos en los vasos, las bebidas calientes pueden utilizar distintas imágenes en sus camisas. Además de ayudar a que el calor no queme las manos, dan una imagen divertida.
Este empaque es ideal para las marcas que venden galletas, pero se puede ocupar en otras situaciones, lo principal será que el producto sea en forma de discos.
Ahora que si el comestible además es untable, se puede agregar un elemento que sirva de auxilio para agregar este producto sobre pan u otros.
Y finalmente, las marcas que venden sopas, fideos u otros similares, en sus packaging pueden dejar un espacio transparente para que sea visible el producto y jugar con imágenes que proponen más que un platillo.