Un envase es en realidad el único elemento de marketing que está presente en nuestras casas, a veces un 100% de los casos, quedándose con el consumidor hasta que el producto se acaba.
Un grado de penetración que no tiene en ningún caso un anuncio publicitario, que llega al 1% de los consumidores, y no ante el lineal de acuerdo con la consultora Nielsen. Por otro lado, el coste de un pase de un anuncio durante 30 segundos es hasta un 10% más caro que el coste de todo el proceso de diseño del packaging.
Visto desde el lado contrario, la consultora explica que un mal diseño puede ejercer una percepción negativa en el consumidor. Si esto ocurre, incluso cuando se llevan a cabo rediseños, en el 90% de los casos no se consigue incrementos de ventas significativos.
Claves para un buen diseño
Tres claves para logran un buen diseño: monitorizar el lineal, preguntar a los consumidores y tener en cuenta las tres grandes premisas que tiene que cumplir todo envase, destacar, convertir a venta y transmitir la imagen de marca fielmente.
Para acertar conviene trabajar en distintas líneas creativas, salir del área de confort, no tener miedo a diseños rompedores o disruptivos e incorporar al propio consumidor al proceso para que transmita sus impresiones.
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