La policía de Nuevo Hampshire, Estados Unidos, detuvo a dos empleados de la cadena de comida rápida, Burger King, porque vendían drogas ilegales en el establecimiento, informa The Denver Post.
Los empleados agregaban droga a las papas fritas al pedido de los clientes. Para obtenerlas la clave secreta era: ‘Papas fritas extra crujientes’.
Reportes señalan que los clientes interesados en la droga solicitaban hablar con ‘Nasty Boy’ para hacer el pedido de papas fritas ‘extra crujientes’. Sin embargo, no mezclaban la sustancia con los alimentos, sino que la colocaban en un contenedor por separado.
Los detenidos identificados como Garrett Norris y Meagan Dearborn, de 20 y 19 años, agregaban mariguana en el pedido de aquellos clientes que se acercaban a preguntar por ‘el chico malo’ –apodo de Norris– y posteriormente pedían unas papas fritas “extra crujientes”.
De acuerdo con el oficial Mike Wallace, ni el gerente ni el resto del personal están involucrados en el caso, pues desconocían lo que estaba pasando.