De la mitad del siglo pasado a la fecha hemos vivido grandes cambios conductuales tanto en el aspecto social como en determinantes específicas como los comportamientos de compra.
Las estadísticas muchas veces mienten, pero cuando no lo hacen nos acercan a radiografías de fechas específicas, por lo anterior me permito citar algunas de las variantes más importantes bajo el tema que les comparto, información que ha sido extraída del INEGI, el cual asegura que la pirámide poblacional ha sufrido drásticos cambios en los últimos 50 años.
NUMERALÍA:
- Pasamos de familias de 14 a familias de 4 o 5 integrantes.
- De 7 a 2 hijos en promedio por familia.
- El 50% de los hogares son biparentales, es decir, que cuentan con padre y madre.
- 26.5% de la población conforman familias monoparentales.
- 21.5 años, es la edad promedio en la que los mexicanos tienen a su primer hijo.
- 2.5 millones de mujeres son madres cada año
- En México hay más de 30mil niños en orfanatos
- Menos de mil adopciones son tramitadas en nuestro país cada año
Los números son preciosos para describir generalidades, pero también lo son (cuando se les exprime) muy interesantes en momentos de interpretar realidades como la de los padres primerizos en edades que rebasan los 40s y los 50s.
Para comprender esta ola, basta con ingresar a Facebook y ver a nuestros conocidos, ingresar a los portales y grupos de comentarios, para apreciar títulos como “ventajas y desventajas de ser padres mayores”, o detenernos a analizar estudios como el del “Center for Disease Control and Prevention” que asegura un incremento al doble en el índice de natalidad en mujeres mayores de 45 años de 1990 al 2002.
Otro punto es el gran juego que se ha permitido para primero controlar la natalidad y luego el permiso para estimularla, lo que ha engendrado variantes muy intensas en las dinámicas de reproducción, por un lado partos de trillizos y hasta sextillizos, por otro, parejas que tienen que peregrinar clínica tras clínica de fertilidad y reproducción.
Este tipo de parejas por lo general tiene un patrimonio generado, son exitosos o medianamente plenos en sus actividades laborales y como cereza del pastel, buscan destinar su afecto y recursos a la procreación, por la que sus hábitos de consumo suelen ser selectos, muy pensados y regulados bajo factores como la calidad y el confort.
En mi infancia una compañera se sintió mal porque le dijeron en la escuela que le hablaba su abuelita, pero era su mamá, lo que me remite a comprender que los padres-abuelos siempre han existido, pero en esta etapa los vemos como un segmento que crece, esta ocasión muy diferente a la bendición de aceptar “los hijos que Dios mande”, sino más bien en una actitud desafiante de lograda autorrealización, de un gran nerviosismo por las complicaciones en el parto y en los bebés, así como en un derroche de compras, clases, eventos y publicaciones del día a día.
Por lo visto un nicho que es digno de atender gu -gu-ta-ta.