Como parte del marketing en retailers y uno de los que más visibilidad le da a un producto, el packaging sigue siendo motivo de admiración y un elemento que construye un vínculo emocional con el consumidor.
Éste le da una presentación visual atractiva para el shopper mediante el uso de ciertos colores, ilustraciones, gráficos, textura, medidas, funcionalidad y texto, para así lograr destacar frente a sus competidores.
Como estrategia de marketing, el packaging, a diferencia de un envase común, permite que la marca en cuestión pueda enaltecer un producto determinado en anaquel, al interior de una vitrina o al otro lado de un aparador, donde cada uno de sus elementos de diseño antes señalados busca persuadir al shopper e influir en su decisión de compra final, incluso motivar una adquisición de producto cuando no se tenía la intención de hacerlo.
Para un 68.9 por ciento de los consumidores, que un producto tenga un packaging atractivo, funcional y le guste puede hacer que lo compre, sólo por su imagen.
¿Por qué invertir en el desarrollo de un packaging?
Aunado a las ventajas y beneficios descritos anteriormente, hay otros punto a favor de una marca que el packaging puede darle.
Entre ellos destaca su funcionalidad, no sólo porque muchos de ellos suelen tener una segunda vida útil, sino también porque, al ser un contenedor, se encarga de proteger la sustancia que lleva en su interior ante condiciones atmosféricas o de daños durante su traslado a tienda.
Así mismo hace una efectiva promoción de producto y marca al tener información adicional y relevante, como parte de su diseño, el cual no sólo genera interés, sino también educa al shopper y hace de su conocimiento las cualidades y ventajas de ese artículo.
Y como beneficio a la marca, favorece las compras por impulso, siendo el packaging una de las estrategias de mayor influencia en este tipo de compra.
