Australia.- Uno de los grandes retos para los creativos es cambiar la percepción de cliente sobre un producto o servicio y darle un valor agregado, crear una necesidad, exaltar sus virtudes, conectar lo material con las emociones, etc. pero no es lo mismo hacer una campaña para una marca de ropa, una bebida o un perfume que para una coliflor.
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En Australia la empresa productora de vegetales Hills Fresh buscaba darle un giro en ventas al más aburrido de sus productos: la coliflor, y la agencia Blanck Squid Desing aceptó el reto de emprender una estrategia de marketing creando un empaque original que le agregara un plus al producto.
Se rediseñó el packaging incluyendo en él cuatro nombres anglosajones con mucha tradición: Bob, Shirl, Doris y Doug. Se trata de nombres antiguos en la lengua inglesa que evocaron en los consumidores a seres queridos de edad avanzada.
Dotando de una personalidad diferente a cada uno de los nombres los clientes pudieron recordar su propia infancia y a algún familiar de los viejos tiempos. Los nombres fueron lanzados consecutivamente, creando expectación entre los clientes para descubrir al próximo personaje.
La agencia logró el máximo impacto en ventas con mínimos costos de producción, y además la iniciativa fue premiada con la Silla de Oro en el Adelaide Adversiting and Desing Club (AADC) en Australia.
Engagement emocional fue la receta de la agencia para conectar un producto ordinario con la vida cotidiana del cliente.