Las empresas mexicanas cada vez están siendo parte de un cambio cultural que pretende colocar a los trabajadores al centro de la estrategia de negocio. Esto con el propósito de tener empresas que aseguren un mayor crecimiento, pero teniendo (además de las demandas del consumidor) las necesidades del personal que hacer posible la entrega de valor al shopper.
El pasado mes de octubre entró en vigor la Norma Oficial Mexicana 035 (NOM-035-STPS-2018) que pretende que los empleadores identifiquen y analicen los factores de riesgo psicosocial y laboral que se relacionan directamente con los colaboradores, por ejemplo, un ambiente inseguro o condiciones de trabajo insalubres, entre otros, que de algún modo afectan la salud de los colaboradores.
Sin embargo, la salud de los trabajadores no es la única situación que se busca fortalecer para asegurar una mayor productividad en las empresas. También se encuentra el tema del outsourcing, una modalidad de trabajo donde una empresa en vez de contratar directamente a un grupo de trabajadores, se asesora por otra empresa que se encarga de la realización de esta tarea en específico.
En 2018, se estima que la subcontratación incrementó un 7 por ciento en México, según datos del Inegi. Entre las razones de su relevancia se encuentra: la reducción de costos, la posibilidad de acceder a más recursos humanos, así como la optimización de la productividad de la empresa que contrata.
Pero el modelo de operación de las empresas de este giro quizá tendrán que cambiar su forma de trabajar, ya que la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján, ha reafirmado la decisión de regular el outsourcing, con el fin de que se establezcan nuevas bases y reglas, además de mecanismos de vigilancia y de seguimiento, debido a que no se tienen registros de que la pasada administración haya realizado alguna inspección en alguna empresa.
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