En un futuro más cercano de lo que podríamos pensar, si no entiendes qué es OTT, tampoco podrás hacer buen marketing.
Cada vez escucho a más gente indicar que ya piensa cancelar su servicio de televisión cerrada porque no lo usa, porque sólo ve el contenido de Netflix y otros proveedores similares de video en streaming. Pero la tendencia va más allá…
La falta de buenos contenidos y la contrariedad de ejercitar involuntariamente el dedo pulgar al hacer un zapping constante para ver si hay algo bueno en la televisión, aunado al surgimiento de decenas de contenidos bien pensados en otros medios y a la gran ventaja de poder ver más pagando menos, han provocado un rápido crecimiento de los contenidos on-demand. En poco tiempo, han surgido proveedores como Netflix, Hulu, Amazon Prime, Claro Video y también muchos otros clubes de renta de películas on-line.
Pero más allá del proveedor de servicios, está el contenido mismo y quien lo posee, que ahora tiene también el poder de no depender de grandes corporativos para distribuirlo. Es cierto que aún requerimos de enormes compañías como las mencionadas anteriormente y esto no acabará, al menos en el mediano plazo, pero la facilidad de transmitir contenidos a través de internet es una oportunidad para que los grandes generadores de contenido no dependan de un tercero.
Pensemos en lo que ahora está haciendo el Club de Futbol Chivas con Chivas TV (que sobra indicar, no es el primero en el mundo en hacerlo) y en los canales de YouTube de famosos youtubers que suman miles de suscripciones. El éxito de esto, nos lleva a pensar en que sólo se trata de un inicio. En que incluso grandes marcas podrán producir contenidos a nivel masivo como lo hacen ahora RedBull, y J.W.Marriott. En que de pronto existirán muchísimas opciones y la mayor parte se irán quedando en el camino. En que los futuros medios masivos, serán tan cuantificables y capaces de ser difundidos viralmente como lo son ahora los medios BTL. Esto, no queda duda, será una nueva realidad.
Pero veamos más allá, el negocio del entretenimiento está entrando en una era mucho más grande, donde los jugadores podrán venir prácticamente desde cualquier otro negocio: clubes deportivos, marcas de consumo y de servicio, personalidades públicas, asociaciones civiles, religiones y todas aquellas instituciones y personas que sean capaces de crear constante información de interés general.
Los anunciantes, que lejos sufrir un aparente caos generado por un exceso de canales de comunicación, pronto podrán segmentar de mejor manera sus estrategias en medios masivos, ahora por gustos, nichos específicos, regiones geográficas y además, medir con mayor precisión los impactos reales que tendrán.
Crecerá aún más el uso de diferentes dispositivos para ver y escuchar el contenido, aunque también éste competirá simultáneamente con otros contenidos en diferentes dispositivos, lo que implicará un mayor reto para captar la atención de los receptores.
Así, el contenido OTT (Over-The-Top), será el nombre del juego por sus grandes beneficios intrínsecos: costo, control, medición, accesibilidad y potencial de distribución.