- La huella ambiental del fashion retail es abrumadora. Es bien sabido que la industria de la moda es responsable de aproximadamente el 10 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
- La producción de moda también agota los recursos naturales a un ritmo alarmante. Para fabricar una sola camiseta de algodón, se requieren alrededor de 2,700 litros de agua, lo suficiente para que una persona beba durante más de dos años.
- Y no podemos ignorar el impacto social de la industria de la moda. Muchas de las prendas que consumimos son fabricadas en condiciones laborales precarias, con salarios injustos y horarios extenuantes.
La sostenibilidad en la moda está emergiendo como una solución prometedora a los estigmas de la industria. Cada vez más marcas y diseñadores están reconociendo la necesidad de un cambio y están adoptando prácticas responsables. La moda sostenible no solo busca reducir la huella ambiental, sino también fomentar la igualdad de género, apoyar la economía local y promover la transparencia en toda la cadena de suministro.
Adoptar prácticas y compromisos de sostenibilidad no solo es una necesidad urgente, sino también una oportunidad para las empresas de moda. Los consumidores de hoy en día están buscando marcas que reflejen sus valores y están dispuestos a pagar más por productos sostenibles. Además, las empresas que lideran el camino en la sostenibilidad están ganando reconocimiento y lealtad de los clientes, lo que se traduce en beneficios a largo plazo.
Un caso muy cercano es Inditex, el dueño español de Zara, que celebró su reunión general anual hoy (11 de julio), y dijo que se centrará en las fibras de bajo impacto, la transformación de la cadena de suministro, la biodiversidad y las iniciativas de circularidad.
Inditex, que también es propietaria de los minoristas Pull&Bear y Bershka, espera reducir sus emisiones en más de un 50 por ciento para 2030, y dice que los nuevos objetivos lo encaminarán hacia el logro de emisiones netas cero para 2040. Óscar García Maceiras, Consejero Delegado de Inditex, dijo que los objetivos eran “extremadamente ambiciosos, aunque son un paso más en el trabajo que la compañía viene realizando desde hace muchos años”.
Los objetivos específicos incluyen el compromiso de garantizar que el 40 por ciento de las fibras utilizadas por las marcas de Inditex provengan de procesos de reciclaje para 2030. Aproximadamente el 25 por ciento serán fibras de “próxima generación”, fabricadas con productos de desecho, cuyo uso la empresa dijo que escalaría en asociación con nuevas compañías identificadas a través de su Inditex Sustainability Innovation Hub, mientras que otro 25 por ciento se derivará de fibras orgánicas o agricultura regenerativa.
La empresa también quiere seguir ampliando sus iniciativas de circularidad como Zara Seminuevos, y apoyará proyectos que protejan y mejoren la biodiversidad. Marta Ortega Pérez, presidenta de Inditex, dijo en la Junta General de Accionistas que “la magia de Inditex está en nuestro equipo y en nuestros valores, muy influenciados por un alto nivel autoimpuesto. El futuro no está predeterminado y nunca debemos olvidar eso”.
Estas iniciativas están en boga, de hecho H&M, uno de los principales rivales de Inditex, cuenta con su propio programa de recolección de ropa, el más grande de este tipo a nivel mundial, con puntos de reciclaje en todas sus tiendas. Un simil al que retailers como C&A han impulsado en su camino de la sostenibilidad.
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