¿Cómo un chico de 17 años gana 1millón de dólares con sólo tener un Smartphone?
Los tiempos están cambiando y de forma muy acelerada.
La tecnología no sólo está rompiendo con los antiguos métodos de comunicación, está permitiendo la entrada a nuevos modelos económicos e integrando a jugadores en el terreno del comercio que antes ni siquiera tomábamos en cuenta.
Las nuevas generaciones, y no hablo de los millennials sino de los más jóvenes, gen Z y gen Alpha, ya no pueden ser discriminados en las estrategias de marketing por ser “económicamente inactivos”, porque además, son fuertes influenciadores del consumo familiar.
Estas nuevas generaciones nacieron con la tecnología en la cuna y con un acceso a la información y a herramientas digitales que les permite conocer el mundo a una edad mucho más temprana de lo que lo hicimos nosotros.
Por esta razón comienzan a educarse de forma anticipada y a partir de una experiencia propia transformando su visión del mundo con una influencia que ya no está limitada a lo que aprenden de los adultos que los rodean, sino de lo que encuentran detrás de una pantalla touch.
La velocidad con la que aprenden expuestos a estas cantidades de información, les permite entrar en un mundo tomando decisiones propias y además influenciando el mundo que los rodea.
Si desde hace muchos años hemos podido observar a niños pequeños sentados en el carrito del supermercado señalando un producto que quieren y a sus padres comprándolo, esta dinámica está evolucionando en el plano digital.
Ya es muy normal ver a los pequeños de 2 años manejar perfectamente una tablet y eligiendo contenido en youtube. Ya hablan de marcas y productos, de influencers y youtubers que determinan su comportamiento.
Y un poco más avanzados en edad, comparten su opinión y conocimiento en sitios web, redes y videos tutoriales y son quienes auxilian a los padres en la búsqueda de información para la toma de decisiones de compra y consumo, incluso para productos donde los usuarios no son ellos, convirtiéndose en los verdaderos decisores.
La habilidad que desarrollan las generaciones más nuevas para el manejo de herramientas digitales, va más allá de lo que podemos imaginar.
Pueden desarrollar fuentes de ingreso sin requerir ir a la universidad o tener una cuenta bancaria y tarjetas de crédito para efectuar transacciones porque el mundo del comercio online les está abriendo las puertas reconociendo el enorme poder que tienen.
Por eso ya no es raro que un niño identifique rápidamente sus gustos y habilidades y haga una fortuna con un smartphone aplicando todo lo que aprende al navegar en internet y viendo videos cortos en youtube.
Este mercado comprende un gran reto para las marcas no sólo por adaptarse y estar presentes en estos medios, sino por llamar su atención y no perderla, ya que son generaciones que al dominar rápidamente algo, se aburren y pasan a lo siguiente.
Son muy difíciles de sorprender y emocionar, lo que les genera un fuerte estrés y un sentido de soledad que los lleva a demandar conexiones personales más fuertes en el mundo físico que en el digital.
Si hace unos años creíamos haber borrado la línea que dividía al mundo digital del físico, hoy queda claro que no hemos logrado la convivencia óptima o equidad entre ambos y lo que enfrentamos es el reto de “hacer sentir” a través de recursos digitales y reforzar las conexiones interpersonales con la generación de experiencias para conseguir ventas.
Después de todo, la tecnología seguirá avanzando, pero nosotros no dejaremos de ser humanos.