Pocas veces antes visto. Desde hace tres domingos, muchos consumidores de contenido están esperando, con reloj en mano, el momento de descargar el streaming de un capítulo más de la serie biográfica de Luis Miguel. Cantante popular por todos conocido que durante mucho tiempo ha mantenido en rotundo secreto su vida y que poco a poco de forma discrecional ha ido desvelando secretos que la opinión pública devora como un monstruo hambriento incontenible, que por más que come y devora nunca se cansará de deglutir secretos, intimidad e indiscreciones de los líderes de opinión y las celebridades.
El voyerismo es una patología social que consiste en disfrutar contemplando las actitudes íntimas o eróticas de otras personas. A distancia, los voyeristas, se excitan contemplando el placer y las situaciones íntimas de otros. Como sociedad, somos mucho más voyeristas de lo que imaginamos. Esta es una de las principales razones por las cuales, cada domingo, mediante la plataforma de streaming en demanda de Netflix, se descargan millones y millones de horas en contenido. De hecho, la compra de música de las canciones de Luis Miguel, en Spotify ha aumentado en un 200% desde su lanzamiento. El cálculo de estas cifras se realizó comparando los streams alcanzados el lunes 14 de mayo con el promedio de streams diarios entre marzo y abril. Tras el episodio cuatro de Luis Miguel, la serie, la reproducción del tema Culpable o no, en Spotify aumentó 4,000 por ciento. Son incontables los comentarios y publicaciones en las redes sociales como millones de conversaciones muy localizadas, hablando para comunicar la emociones provocadas por los protagonistas y antagonistas de la serie sobre la vida de El Sol.
Luis Miguel, la serie, supera al primer debate presidencial de México en búsquedas. A muchos de los votantes les interesa saber más lo pormenores del cantante de de música popular con su auge en los ochentas y noventas, que los temas de los debates que se realizarán y de los temas torales sobre las propuestas de los candidatos a la presidencia en las elecciones federales en México. Todos y de todas las edades prefieren saber los secretos de la vida íntima de Luis Miguel, que las propuestas de los candidatos a la Presidencia Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez. Por mucho, las búsquedas de los mexicanos, latinoamericanos y españoles, en Google, superan a los personajes de la realidad-ficción del las elecciones y la política mexicana e hispanoamericana. Un indicador de Google Trends que abarca del 23 de marzo al 15 de mayo, demuestra que los habitantes de los 32 estados de la república mexicana , han preguntado al buscador sobre el doble del cantante, su relación con la actriz Issabela Camil, la actriz, cantante y modelo Stephanie Salas y otros personajes que aparecen en la crónica de la vida del cantante de la piel bronceada, las múltiples parejas y los dientes prominentes.
Miles de memes circulan en las redes sociales, entre bromas y documentación para resolver los enigmas de la serie. Aparecen todos los días publicadas líneas en el tiempo y matrices que relacionan parejas con canciones que cantó en su momento Luis Miguel. Existe mucho contenido de investigación de campo y documentación video gráfica para establecer la verdad. Con urgencia y rigor, muchos espectadores están invirtiendo su tiempo, no sólo en ver la serie. A través de sus pantallas adicionales van buscando lugares, nombres y fechas para complementar su experiencia. Sin saberlo, muchos millones de espectadores están haciendo un ejercicio inédito de transmedia recursiva incontenible. Que si Luis Miguel fue el primer mirrey y él influenció a otros millones de mirreyes para generar un nuevo arquetipo mexicano desde 1984. Todos los días surgen fuentes y datos sobre la vida de Luis Miguel. La piratería ha aumentado también, playeras, toallas y gorras ya se venden en los mercados informales de algunos barrios mexicanos. A 10 pesos se venden en video los episodios de la serie para quien no tiene acceso a Netflix. Todos quieren verla y enterarse de lo que por mucho tiempo nos ocultaron y nos ficcionaron de muchas maneras.
Luis Miguel revivió como marca. Este es y será un caso inédito de la mercadotecnia del entretenimiento y la música pop en la historia del mundo actual. Muerto El Sol, ¡Qué viva El Sol!