No me refiero a que emplees un lenguaje vulgar o actúes de manera prosaica… Más allá de ello, lo que busco promover es el hecho de ejercer la característica principal que podemos encontrar en las estrategias BTL y negocios más exitosos del mundo: la Innovación.
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Esa innovación que nace precisamente entre las necesidades urgentes y los grandes problemas, que son su mejor abono. Nunca florecerá en una estrategia que es copia de otra y para que su fruto llegue muy alto es necesario mirar primero los nutrientes que hay en el suelo.
Todo esto me vino a la mente leyendo un artículo sobre el origen de la aerolínea Virgin Airlines. Fue precisamente una anécdota negativa la que prendió el foco de Sr. Richard Branson que en ese momento nada sabía de aerolíneas y por cierto, tampoco de obstáculos.
Fue a raíz de un problema, cuando el vuelo en el que viajaría Branson de las Islas Vírgenes Británicas a Puerto Rico se canceló por mantenimiento y él tenía que llegar ese mismo día, ya que una chica lo estaba esperando. Para su mala suerte, era además el último vuelo que salía al destino esa noche y le pareció ridículo que ese simple hecho estropeara sus planes y los de toda la gente que como él, esperaban tomar el vuelo. Entonces, contrató un vuelo charter al destino, tomó una pizarra y escribió: Virgin Airlines $29 y lo mostró a todos los afectados por el vuelo cancelado. Vendió todos los lugares disponibles en el avión para pagar la mayor parte del costo del charter y llegó a su destino esa misma noche.
Pronto se dio cuenta que ese era el primer vuelo de su nueva aerolínea, así que después compró su primer avión.
Había ejecutado una pequeña acción Below The Line espontánea, inesperada y enfocada a resolver no sólo su problema, sino el de la demás gente. Pero también iniciado un gran negocio que después traspasó fronteras y continentes.
Para Branson, también gurú de estrategias de guerrilla marketing, el secreto del éxito (que aplica divinamente al ámbito de la mercadotecnia y comunicación BTL) está en hacer las cosas y entusiasmarse antes de siquiera comenzarlas. Las acciones tienen que ser todo menos ordinarias. Romper esquemas, resolver problemas y sobre todo, buscar hacer lo que nadie más haya hecho. Crear el hilo negro y no deshilachar los que ya existen.
Lo ordinario pasa todos los días, nadie lo nota, y si logra hacerse notar, se olvida al día siguiente. Lo extraordinario es lo que vale la pena hacer. Está en el mensaje, en la forma de comunicarlo, en el lugar, en la fecha, en cómo se difunde y en cómo nos sorprenden historias como ésta.
