Encontrar el nombre perfecto para llamar algo es clave y determinante para el éxito. El nombre de un marca, producto o servicio es la esencia de la identidad de la construcción de una idea o concepto. Ya sea un ser animado o inanimado. El nombre te califica, te otorga una virtud, te genera una reputación, un crédito o un descrédito. Si tienes un nombre fácil de comunicar, será fácil que te nombren y que se dirijan a ti. Que se pase la voz de persona a persona para dirigir todas las virtudes a tu concepto.
El nombre es un paradigma y una encrucijada al mismo tiempo. Nombrar algo es una gran responsabilidad y una misión significativa. El nombre comunicativo debe de ser funcional y práctico por excelencia. Es vital que sea de uso. En este sentido fácil y de uso muy practico. Si vas a ser el dios de las marcas por ponerle nombre a las cosas, todo irá más allá de una simple palabra, artículo o conexión. Se trata de un denso discurso de meta física -más allá de la filosofía-. Es un tratado del por qué te nombran y por qué nombras a las cosas. Tener un nombre o nombrar algo implica una responsabilidad de identidad, sentido de pertenencia y espacio vital en este universo.
¿Qué cualidades debe de tener un nombre que comunique bien?
Ser fácil de usar, decir, escribir o pronunciar en cualquier parte del mundo y del universo.
Debe ser corto. Comunicar una idea y concepto redondo.
Será público y de su dominio. Un nombre poderoso es de todos y no discrimina.
Un nombre correcto sintoniza un canal de comunicación entre las marcas y sus clientes.
Un nombre lo dirá todo si se sabe comunicar correctamente. Se auto comunica.
Contiene un discurso fuerte y profundo en una palabra.
Un nombre eficiente dice, hace y trasciende.
No es egocéntrico. No sólo le gusta a su creador y los miembros de su tribu.
Invita a la diversidad de género y pensamiento.
Es fácil de nombrar y viajar en todos los sentidos y canales de comunicación de los humanos, ya sea en el lenguaje verbal y no verbal.
Un nombre es congruente y tiene una autoestima poderosa.
Se auto nombre de forma rápida y dinámica. No se estorba a sí mismo.