Naming, ¿a poco tengo que pagar por eso?

Arturo González, columnista InformaBTL
Una de las partes más importantes de la generación de una marca y su concepto, es el naming, es decir, bautizar una oferta de valor con un nombre.

Una de las partes más importantes de la generación de una marca y su concepto, es el naming, es decir, bautizar una oferta de valor con un nombre.

Quiero hablar del tema para como siempre, sacar los demonios en lugar de que se conviertan en enfermedades, a la vez que comprendemos los motivos de por qué se cobra por dicho servicio.

No se cómo la pasen en todos los estados, pero en los que continuamente visito, me he dado cuenta que el proceso del nombramiento de una marca (naming) es un paso cero en los negocios. A la agencia llegan con el nombre que inventaron, con las siglas de la familia o socios, con una palabra de moda o siguiendo la tendencia que esta de moda (La Bárbara, La Bonita, La Chula…).

Tal escenario nos pone ante un dilema cuando les haces saber que es mejor comenzar de nueva cuenta porque la marca que traen no logra las características para convertirse en un activo positivo para la empresa.

Es ahí donde comienza el calvario, por un lado, para el empresario es complicado tener que sacrificar el nombre que le dio su esposa para el emprendimiento, o en ramos industriales donde desean que las siglas del fundador japonés sean las que titulen la compañía, es una ofensa el despreciarlas, o que tal que no podemos ponerle el nombre de lo que es el producto genérico, es decir que no pude ser Llantas de Guanajuato, pues aunque legalmente así estén constituidos, que flojera usar un nombre tan común.

Algunos casos son muy graciosos, pues se basan en mezclar el plagio con el humor, dando como resultado nombres como Jarro Café y Mac Donas, por ejemplo. En nuestro país el ingenio es un ingrediente que adereza nuestra vida, pero que como cualquier salsa, se puede convertir en un enemigo si no se aplica de la manera correcta. Demandas, cambios de logos aplicados a la identidad (desmontaje, reimpresión y un ratito en paro), así como campañas de desprestigio, pueden ser solamente algunas de los sinsabores que se presentan al no realizar el naming de manera eficiente.

Cuando llegan, lo que desean es el logo, un par de aplicaciones como sus tarjetas de presentación y cosas para redes (ahora eso es de cajón). Por lo anterior, les comparto algunos puntos por si no puede contratar un despacho, por si usted trabaja en una agencia o si es freelance.

  • Investigar es la clave, tanto para acercarnos a la historia del producto o servicios, para conocer el contexto y antecedentes de la empresa, así como saber si la marca existe y si esta registrada.
  • La lluvia de ideas constituye un pilar indispensable y una caja de Pandora, investiga sobre la metodología correcta para que tu magia no se quede en una divertida reunión.
  • Opta por los nombres que sean originales, sonoros, recordables, expresivos y que puedan llevarse a diversas versiones (texto, imagen, audio).
  • Busca que sea sencillo de pronunciar, recuerda que importa mucho el segmento natural y los complementarios.      
  • Por último, piensa como le harían bullying a la propuesta y busca si se puede blindar previo a echarlo al aire.

 

 

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