“La música puede cambiar el mundo porque puede cambiar a las personas”, es una de las frases que se atribuyen a Bono, líder de la banda irlandesa U2. Lo que sucede básicamente es que la música desencadena a nivel emocional, cognitivo y fisiológico una serie de reacciones que pueden llevar a realizar acciones inmediatas.
Por ejemplo, la música a un alto volumen puede llevar a un estado diferente, en comparación con un volumen bajo. Y en un punto de venta es un concepto relevante para entregar una experiencia distinta al consumidor.
De acuerdo con un estudio publicado por la revista Springer, el volumen de la música afecta la elección de alimentos de los consumidores, principalmente, porque tiene un impacto directo sobre la frecuencia cardiaca y la excitación.
El Dr. Dipayan Biswas de la Universidad del Sur de Florida, autor del estudio, señaló que la música ambiental en los restaurante y los supermercados puede influir de forma estratégica en el comportamiento de compra del consumidor.
Al analizar el comportamiento de compra de un grupo de personas, se encontró que 20 por ciento de las personas pidieron algo “no saludable” cuando se les expuso a música ruidosa, en comparación con aquellos que compraron con música más tranquila.
Por otro lado, se puede afirmar que la música es muy importante en el punto de venta, ya que de esta manera se mejora la experiencia del cliente, se refleja la personalidad de la marca y además aumentar las ventas.
Según el estudio “Music congruity effects on product memory, perception and choice” publicado por ScienceDirect, tocar música alemana en un establecimiento puede generar que los consumidores piensen en cerveza. En cambio, si la música que se escucha es francesa podría evocar en las personas imágenes de vino o la Torre Eiffel.
De modo que es importante que se diseñe una estrategia ante el tipo de música que se utilizará en un punto de venta debido a su inevitable influencia en las personas.