Angélica Sandoval Marmolejo es comunicóloga con mentalidad estratégica, convencida de que la historia correcta puede ayudar a cualquier persona, marca u organización a llegar a las audiencias adecuadas y crear un diálogo de interés mutuo. Le apasiona el poder de las comunicaciones, la responsabilidad social corporativa, la sustentabilidad, el aprendizaje y el empoderamiento de las mujeres.
Se ha desempeñado como consultora en comunicación corporativa y responsabilidad social empresarial para empresas de diferentes industrias, como Sanofi, Pfizer, Bayer, Covestro, Boehringer Ingelheim, Prudential Seguros, Seguros Monterrey New York Life, Fundación Herdez, Unilever, Procter & Gamble, Merck Sharp & Dohme, entre otras.
Como directora de Comunicación, actualmente es responsable de la gestión y desarrollo del equipo de Comunicación de Covestro México, en el que realizó la vinculación con equipos de comunicación y mercadotecnia en América y Europa. También es vocera de la compañía y coordino iniciativas de vinculación educativa en áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas, por sus siglas en inglés) para niñas, niños y jóvenes.
También es responsable de gestionar alianzas estratégicas con Gobierno, Organizaciones de la sociedad civil, Universidades y centros educativos, agrupaciones gremiales, asociaciones vecinales, etc.
Como parte de sus responsabilidades, también se encuentra la gestión de donativos y patrocinios; la gestión y coordinación de proveedores, agencias de comunicación y de producción de eventos, así como de los recursos humanos y materiales del área.
Además de ser consultora en comunicación, dentro de la compañía ha sido parte del Comité de Innovación y Sustentabilidad, y fungió como la primera líder del grupo de afinidad de mujeres “Compass México”, el cual busca la equidad de género dentro y fuera de la compañía.
Asimismo, a lo largo de su trayectoria he participado en proyectos sociales y culturales. En 2013, en conjunto con un grupo multidisciplinario de profesionales, formó parte de los ganadores de los Proyectos de Inversión para la Producción de Pintura Nacional de CONACULTA-INBA, a través del proyecto “Marchante: un trueque con el arte”, el cual tuvo como objetivo el rescate, reapropiación y resignificación del espacio público, específicamente de 10 mercados públicos de la Ciudad de México, a través de técnicas de arte urbano como el graffiti, esténcil y muralismo; en el cual la comunidad tenía una participación e intervención activa para plasmar gráficamente la historia, y el contexto social y cultural de cada uno de los mercados.
En este sentido, también fue parte del colectivo multidisciplinario “La Bandurria Marcha”, el cual buscaba abrir y recuperar espacios a través de un artefacto móvil que resultaba como el ‘pretexto’ para lograr un punto de encuentro, donde la comunidad era partícipe de diversos procesos creativos colaborativos, fomentando la educación no formal y la difusión de procesos experimentales, así como el empoderamiento e inclusión de la gente.
Asimismo, ha sido voluntaria y donante de diversas organizaciones de la sociedad civil, desempeñándose también como mentora para estudiantes de la Fundación Jesús García Figueroa I.A.P. para el seguimiento de su trayectoria escolar, incluyendo la evaluación de factores psicosociales que pudieran resultar en una posible deserción escolar. Por todo esto Angélica Sandoval Marmolejo es parte del selecto grupo de Mujeres de Altura 2024. Conoce más de esta mujer líder en comunicación.
Desde tu expertise, ¿cuáles son las estrategias de marketing que consideras han sido exitosas en tu camino de liderazgo?
A lo largo de mi trayectoria he sido partícipe e impulsora de diferentes iniciativas de marketing que principalmente han estado basadas en el storytelling, pues a los seres humanos nos gusta escuchar e identificarnos con historias.
Por mencionar algunos ejemplos, me gustaría compartir que, en mi paso por la industria farmacéutica, pudimos implementar campañas de concienciación que siempre estuvieron basadas en las historias de los pacientes, familiares, personal de salud, así como asociaciones. Haciendo énfasis en la “humanización” de los padecimientos que abordábamos.
Asimismo, cuando fui parte de proyectos sociales y culturales, las historias se volvieron aún más relevantes cuando vinculamos y acercamos los proyectos a las comunidades, logrando que las propias historias de la comunidad fueran el fundamento a través del cual, ellos mismos pudieran ser portavoces de tales o cuales hallazgos que los proyectos buscaban poner de manifiesto o visibilizar.
¿Cuál consideras que es la importancia del rol de la mujer en puestos de liderazgo?
Históricamente las mujeres hemos tenido que abrirnos camino en posiciones de liderazgo y de toma de decisiones prácticamente en situaciones y entornos poco (¡o nada!) favorables, ya que, a nivel mundial, nuestra inclusión en los ámbitos laborales resulta de la necesidad derivada de las dinámicas productivas de la Revolución Industrial, seguido de la exigencia de mano de obra en ambas Guerras Mundiales, sin embargo, desde aquel entonces las condiciones y derechos de las mujeres trabajadoras no fueron equiparables a los de los hombres, aunado a prejuicios y sesgos que limitaban las capacidades de la mujer trabajadora únicamente para ciertas actividades –e incluso circunscritas a su estatus civil, a estereotipos basados en su rol como madre y cuidadora–.
En México, la inclusión de las mujeres en el mercado laboral comienza a suceder entre la década de 1950 y 1960, aunque de manera mínima y en actividades específicas, y considerado este periodo laboral como una antesala previa al matrimonio; por lo que no es hasta la década de 1980 donde las mujeres comenzamos a tener un papel preponderante en la contribución monetaria al gasto familiar, así como un mayor acceso a la educación, lo que poco a poco supone más mujeres buscando ejercer sus derechos y sus talentos en diversos ámbitos y posiciones.
Por lo tanto, en nuestro país, las mujeres tenemos relativamente poco tiempo trabajando, y aún menos tiempo ocupando puestos de liderazgo para la toma de decisiones, por lo que todos los días seguimos enfrentándonos a brechas sistémicas (como la falta de paridad salarial) y a prejuicios basados en nuestra condición económica, social, cultural y de género que siguen manteniéndonos fuera de las mesas donde se toman las decisiones. Decisiones que nos incumben y afectan por el simple hecho de ser la mitad de la población mundial.
Por ello, contar cada vez más con mujeres que ostenten puestos de liderazgo y de toma de decisiones, no solo es importante por una cuestión de equidad, sino porque la representación cuenta. Que las nuevas generaciones de niñas y jóvenes vean a una mujer astronauta, presidenta, directora, legisladora, jueza, científica, etc., implica que ellas sean conscientes de que es posible ser y aspirar a lo que ellas quieran, porque otras mujeres han forjado (y seguiremos forjando) el camino para que cada vez más exista un piso parejo para todas y todos. Para acercarnos a un mundo más justo y equitativo.
De tu liderazgo, ¿qué legado o enseñanza te gustaría dejarle a las próximas generaciones de mujeres líderes?
Me parece que el mejor legado que puedo dejar a las próximas generaciones de mujeres es compartir con ellas mi experiencia. No creo que todas tengamos que pasar por los mismos obstáculos, pues si alguna ya los pasó antes y compartimos el aprendizaje de cómo se resolvió, y dejando de lado el sentido individualista de la competencia, puede hacer que el camino de las que siguen sea menos sinuoso.
También me gustaría aportar a las siguientes generaciones este sentido de empatía y colaboración. Que sepamos que hablar de las cosas de las que usualmente “no se habla”, siempre será mejor que vivir a solas los miedos y frustraciones que un mundo dominado históricamente por hombres nos ha hecho creer que deberíamos alejarnos para poder crecer y desarrollarnos.
¿Qué cambiarías o has cambiado para que la industria en donde te desenvuelves sea más incluyente?
La industria química –como muchas otras industrias– posee el reto de reducir las brechas de género, pues se trata de una industria mayoritariamente masculina, donde solo existe alrededor del 30% de participación femenina, lo cual también se debe a que las mujeres y niñas tenemos menor presencia en carreras y ámbitos científicos y tecnológicos.
Por ello, desde mi rol como responsable de comunicación y responsabilidad social empresarial en Covestro México, me he enfocado en lograr una vinculación con niñas, niños y jóvenes para acercarlos a temas de ciencia desde una perspectiva diferente y divertida. Específicamente para reducir brechas de género, a través de talleres en conjunto con la organización internacional ‘greenlight for girls’ implementamos una serie de eventos donde las niñas han sido “científicas por un día” para imaginar que todo es posible, incluso ser una ingeniera, o una científica.
En este afán, también fui la creadora de la serie Aventuras en Quimilópolis, la cual a través de personajes y escenarios ficticios traté de acercar problemáticas medioambientales de una forma diferente y divertida para un público joven. (Véase La ola de Calor y La ola de Plástico).
Asimismo, durante el periodo que fui líder del grupo de afinidad de mujeres de Covestro México, COMPASS, promoví el empoderamiento de las mujeres dentro y fuera de la compañía, estableciendo una estructura de trabajo a través de subgrupos, así como a través de actividades de voluntariado con organizaciones civiles como La Cana, para apoyar a mujeres privadas de su libertad.
¿Cuáles son tus hobbies y de qué forma han impactado en tu liderazgo?
Disfruto leer, viajar, hacer ejercicio y pasar tiempo de calidad con la gente que quiero.
Desde que inicié mi rol como líder de área, procuro auto cuestionarme aquellos prejuicios que viven en mí, para tratar de ser una mejor persona, por lo que mis lecturas y experiencias han sido fundamentales en este camino infinito del autoconocimiento y la autoconciencia, ya que conforme una es más consciente de sus actos y pensamientos, es posible que puedas influir positivamente en otros.
Conocer otras personas y otras culturas también me ha permitido ejercitar la ‘escucha activa’, donde todos mis sentidos se abren para conocer más allá de lo que sé, y, sobre todo, ser capaz de reconocer mis privilegios y mis debilidades para aconsejar a otros cuando es necesario.
¿Qué es lo que más aprecias de la vida?
En este momento de mi vida es saberme rodeada de mucha gente que me apoya, en donde la mayoría son mujeres que me sostienen inclusive emocionalmente y están para mí sin que tenga que pedirlo. A veces entre el síndrome de la impostora y el ejercer una posición de liderazgo, puede ser complicado pedir ayuda por la constante necesidad de demostrarle a la sociedad que podemos y somos capaces siempre, lo que nos lleva a fingir una fortaleza que no siempre poseemos.
Sin embargo, muchas de estas personas me han brindado consejos, apoyo y siempre están dispuestas a escucharme. Son estas redes de apoyo las que realmente transforman nuestra vida, y por eso me siento increíblemente afortunada de no tener que enfrentar mis batallas sola.
Además, me siento agradecida por la vida que llevo. A pesar de los desafíos, y aunque cuando éramos niños no siempre imaginamos hasta dónde llegaríamos, el trabajo duro y la ambición nos van recompensando a medida que avanzamos. Aunque el progreso pueda ser lento y requiera paciencia, cada caída y error se convierten en lecciones valiosas. En este momento de mi vida, estoy enfocada en aprender y absorber todo lo que me rodea, siempre buscando mejorar y crecer como persona.
¿Cómo te gustaría ser recordada?
Como una mujer que inspiró a otras y otros a través del ejemplo, y del conocimiento compartido. Estoy convencida de que el saber y el conocimiento deben ser utilizados única y exclusivamente para crecer en lo colectivo, para dirigirnos hacia una sociedad más justa y equitativa.