La fragmentación del mercado afecta la comunicación.
El uso de dispositivos móviles se ha convertido en una de las tendencias más importantes en materia de comunicación, al grado de que hoy en día son parte de la vida diaria de las personas y tal es el nivel de adopción, que incluso algunos usuarios aseguran sentirse ‘desnudos o desprotegidos’ cuando olvidan su celular en casa.
Pero la importancia de estos gadgets va más allá del nivel de afición que los usuarios puedan tener, ya que también han llevado la comunicación entre individuos y empresas a un nivel de interacción más profundo, han empoderado al consumidor y han cambiado el flujo de la comunicación que dejó de ser unidireccional -marcas emitiendo mensajes- y -consumidores asimilándolos, en el mejor de los casos-, para tornarla multidireccional.
Ese nivel de engagement -dependencia- hacia los dispositivos móviles llevó a diversas marcas a identificarlos como un poderoso vehículo para acercarse al consumidor, pero no sólo para transmitirle un mensaje, sino para interactuar con él y entenderlo mejor, lo que a su vez le permite entablar campañas más efectivas, sobre todo en el área below the line, donde los mensajes son más focalizados y directos.
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