De acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) el mobbing corresponde a “la violencia laboral, hostigamiento y acoso sexual como conductas que se manifiestan principalmente en ámbitos donde pueden establecerse relaciones de poder abusivas o discriminatorias; la mayoría de los casos se presentan cuando existe una posición jerárquicamente inferior, aunque no necesariamente es así”.
El lugar de trabajo es el equivalente a un segundo hogar, por eso la relación entre compañeros de trabajo toma relevancia en el desempeño, crecimiento y desarrollo profesional. En ese sentido, es normal tener diferencias, desacuerdos, presión o conflictos leves; sin embargo, cuando se convierten en hostigamientos, intimidación o incluso agresiones físicas, se convierte en bullying laboral, mejor conocido como mobbing.
La mayoría de las veces se ejerce con la finalidad de que la persona renuncie, sea despedido o simplemente por motivos personales para generar intimidación en el trabajador y este se desempeñe con miedo, frustración o desánimo. Puede aparecer en cualquier momento, afecta por igual a hombres y mujeres y no entiende de jerarquías laborales.
De acuerdo con Occ, algunas de las características del mobbing son:
Gritos de compañeros o superiores
Amenazas verbales o escritas
Exclusión
Humillación
Ridiculización
Discriminación
Acoso sexual
Principales causas de acoso laboral
- Cuando se resiste a ser objeto de manipulación por su jefe directo o sus compañeros, esto despierta la ira y las represalias del manipulador, que comenzará a hacerle la vida imposible. En el mobbing de este tipo es una tendencia que el resto del equipo se conviertan en cómplices.
- No participar en actividades ilegales o negarse a ser parte de encubiertas dentro de la empresa puede generar la molestia de quién lo invita, sin embargo el trabajador que tiene la seguridad de hacer lo correcto también tiene la obligación de denunciar este tipo de faltas.
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Envidia. El acosador se siente amenazado por la eficacia del acosado en el desarrollo de su trabajo. El colaborador que ejerce el mobbing teme verse relevado de sus funciones o ser despedido por una mayor competencia de la víctima.
¿Cómo saber si sufro de mobbing o acoso laboral?
Algunos de los síntomas que presenta un trabajador víctima de mobbing son:
Dificultades de comunicación
El jefe o el acosador impedirán que la víctima pueda comunicarse. Éste se verá continuamente interrumpido mientras habla y no podrá expresarse. Tampoco se le dará toda la información que debería tener y, por tanto, el acoso va encaminado a disminuir las oportunidades de la víctima para comunicarse adecuadamente con el resto del equipo.
Aislamiento social
No se le permite dirigirse directamente al jefe o a un compañero, o que el resto del equipo le hablen. Le ubican en un sitio aislado con la finalidad de poder ejercer el mobbing sin que todos se den cuenta.
Desprestigio laboral
No le asigna ningún trabajo, se le asignan quehaceres inútiles o inferiores a su capacidad o competencias profesionales o, por el contrario, le imponen tareas que exigen tener más experiencia y conocimientos a sus competencias.
Lesiones físicas y psicológicas
Los jefes o compañeros pueden comprometer la salud de la víctima obligándolo a realizar trabajos peligrosos o nocivos para su salud. Si la situación empeora, pueden amenazarle físicamente y todo esto puede derivar en que el trabajador tenga depresión o ansiedad.
Mobbing durante el home office
El Covid-19 impuso la necesidad del home office, lo que ha empujado las modalidades de acoso y hostigamiento laboral al trabajo en casa, a las cuales se les debe aplicar cero tolerancia. Los jefes están siendo demasiado invasivos y sobresaturan al trabajador en sus labores, requiriendo de su disposición las 24 horas del día, sin importarles que después del trabajo existe una vida en el hogar.
De continuar así, el trabajador podría enfermar como consecuencia de esta nueva forma de hostigamiento.
¡Ponle punto final!
Si detectas que sufres de mobbing, lo que tienes que hacer es denunciarlo. Te recomendamos reunir pruebas del acoso: fotografías, grabaciones, correos electrónicos, etc. Acude al área de Recursos Humanos de tu empresa y comenta el problema; recuerda tener argumentos sólidos, evidencias y si es posible, testigos del maltrato que sufres.
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