Un sistema financiero bien capitalizado, solvente y sin problemas de liquidez, así describió el secretario de Hacienda, José Antonio Meade a la economía mexicana durante la conferencia de prensa que dio esta mañana, acompañado del gobernador del Banco de México, Agustín Cartens.
Destacó la fortaleza fiscal del país reflejada, según el secretario, en un incremento de casi 5 puntos porcentuales del PIB de recaudación tributaria, entre 2008 y 2015, en un programa de consolidación fiscal consistente con la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal del 2017 que ya ha sido aprobada.
Sobre la deuda externa que tiene México con Estados Unidos, aseguró que no será necesario recurrir a los mercados financieros internacionales en lo que resta de este año, ni para todo el 2017. Agregó que el gobierno federal ha trabajado en la disminución del riesgo de caídas del precio del petróleo que, de no haberse hecho, hubiera atentado contra su solidez fiscal, afirmando que la inflación en México es baja.
A pesar de que lo expresado por el secretario de Hacienda pone al país en una situación positiva y estable, especialistas en política exterior y expertos en economía señalan que de las palabras a los hechos hay una gran distancia, y que el mensaje emitido por Meade refleja, más que un panorama real de México, que el gobierno mexicano no desarrolló un plan de trabajo ante un posible triunfo de Donald Trump, ahora presidente electo de EUA.
Independientemente de que el escenario económico mostrado por Meade sea real, expertos recomiendan que el gobierno mexicano debe mantener una relación bilateral cordial y de cooperación con Estados Unidos; y al interior del país, la administración actual debe trabajar en fortalecer las instituciones para que estén preparadas ante las acciones de Donald Trump.
