Los resultados inmediatos, contacto cercano con el consumidor, creatividad y tecnología los ingredientes del éxito.
La única constante este mundo es el cambio. La industria de la comunicación no puede ser ajena a esta premisa cuando el consumidor es parte de ese movimiento. Hoy pasa una parte importante de su tiempo en la calle. Se ha aislado, de cierta forma, de los medios tradicionales; decide que mensajes desea recibir, cuando y en dónde. Es aquí en donde la estrategia Below the line entra en el ring.
Pero no lo hace sola, viene acompañada por un dúo dinámico que se enfrenta a la apatía o al desinterés: la creatividad y la tecnología. Por eso, mucho se ha mencionado que las marcas que no conozcan los hábitos de sus consumidores tendrán a desaparecer. No basta tener su hábitos de consumo; lo importante es saber en dónde se encuentra; quien es; cómo acercarse a él para invitarlo a conocer la marca e iniciar una relación que lleve a la compra del producto así como hacia una fidelidad. En este sentido los medios no tradicionales o below the line juegan un rol importante porque logran una interacción, un contacto cálido y cercano.