La búsqueda del amor ha tomado nuevas rutas en este mundo cada vez más digitalizado. Cifras de Statista revelan que tan solo en el país vecino, en 2021, se reportaron 49 millones de usuarios de apps móviles de dating. Para 2024, se espera que esta cifra alcance los 53.3 millones de personas. En México, según cifras de The Competitive Intelligence Unit (The CIU), se calcula que 32.5 millones de personas utilizan o han utilizado estas apps en alguna ocasión.
“Él se hacía pasar por magnate con una vida de lujo y seducía a mujeres por Internet para robarles millones de dólares. Ahora algunas víctimas planean vengarse”, ¿te suena?, se trata de la sinopsis del documental de Netflix “The Tinder Swindler”, historia que prueba la otra cara de las apps de dating.
Y es que, si bien son una alternativa para conocer nuevas personas, también existen diversos riesgos relacionados con la seguridad de los usuarios. Aunque estas plataformas son cada vez más seguras a nivel técnico, los usuarios pueden ser víctimas de otras amenazas como acoso, chantaje, fraude, suplantación de identidad, entre otros.
“El crecimiento de este tipo de plataformas ha traído nuevas oportunidades, pero, al mismo tiempo, también han surgido nuevos desafíos. El fraude y el robo de identidad son dos de los principales riesgos a los que están expuestos los miembros de estas comunidades. Por estas razones, es importante que estas empresas dirijan sus esfuerzos a proteger a sus usuarios y prevenir las amenazas”, afirma Ricardo Robledo, Director General y Fundador de Tu Identidad, plataforma especializada en la validación de identidad.
El informe Las Apps de Ligue, de The CIU, revela que entre las medidas de prevención más utilizadas por usuarios antes de dar like a un perfil se encuentran:
- Verificación de foto de perfil
- Que el perfil cuente con más de una foto
- Que haya alguna red social ligada al perfil
- Que el perfil tenga alguna descripción
No obstante, el especialista en la materia refiere que no basta con que los usuarios se cuiden de manera individual, sino que se necesita un esfuerzo mayor por parte de las apps para reducir los riesgos.
Fraudes y robo de identidad, las amenazas de cupido
Las estafas o fraudes por medio de apps de dating o redes sociales son un tema que cobra cada vez más relevancia. En Estados Unidos, durante 2020, las pérdidas reportadas por este tipo de actividad alcanzaron un récord de 304 millones de dólares, 50 por ciento más que en 2019. El modo de operar de los defraudadores es variado.
Para llevar a cabo sus fraudes, cual The Tinder Swindler, estos personajes pueden crear perfiles atractivos valiéndose de imágenes de internet y nombre inventados o, de plano, suplantar la identidad de personas reales. Debido a esto, es imprescindible que las distintas aplicaciones de ligue incorporen mayores elementos de seguridad y verifiquen la identidad de miembros de la comunidad.
“En los últimos años estas plataformas han dado pasos en la dirección correcta para tratar de proteger a sus usuarios, pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Las aplicaciones deben de implementar procesos más robustos y rigurosos de validación de identidad para saber que el usuario es realmente quien dice ser. Permanecer como hasta ahora sigue representando un riesgo para la comunidad de estas apps y también conlleva un riesgo reputacional para estas empresas”, agrega el directivo de Tu Identidad.
La reducción de este tipo de amenazas se logrará solamente si existe comunión entre usuarios y empresas. Las personas que usan este tipo de apps deben de analizar los perfiles con los que interactúan, detectar inconsistencias, cuidar la información que comparten y nunca realizar transferencias de dinero.
En el caso de las apps de dating, su tarea pendiente es mejorar los procesos de verificación y reducir la presencia de perfiles falsos o sospechosos, recomienda Robledo. Así que ya sabes las medidas básicas, ahora más que nunca ha tomado relevancia no solo no fiarse de un perfil de Tinder, Bumble, Facebook Dating y demás apps de citas, sino que también es necesario comprobar que la información en las redes sea fidedigna.