Al interior de un punto de venta, marcas de varias categorías y el propio retailer, echan mano del uso de varias estrategias de promoción para ganar la atención del shopper y destacar al interior del anaquel o exhibición adicional. Y como parte de esta variedad de acciones promocionales, la instalación de material POP es una de las más utilizadas.
En 2017, de los 51,879 millones de pesos invertidos en la industria Below The Line en México, 4.1 por ciento se destinó hacia la creación de material POP, es decir, 2,127 millones de pesos, así lo reveló el Departamento de Investigación de InformaBTL.
Ante una variedad extensa de productos y fabricantes, al interior de un establecimiento, es necesario que cada uno de ellos optimice su comunicación, de tal forma que el cliente pueda identificar fácilmente de qué marca y artículo se trata.
Diseño que debe ser cuidado
Si bien una errónea selección del tipo de material más conveniente, así como su colocación, pueden ser motivos para que la efectividad de éste se vea vulnerada, el diseño es un elemento que demanda un cuidado meticuloso, al momento de ser concebido y creado. De no ser así, puede ocasionar que el cliente no comprenda el mensaje, o simplemente no lo atienda.
Entre las acciones que podrían poner en riesgo una buena comunicación de material POP, se encuentran las siguientes.
- Tamaño y color de tipografía inadecuados: es necesario que tanto la letra y color del texto no se confunda con la del logotipo o nombre de la marca, al contrario, es precioso que destaque para que el mensaje quede comprendido, pero siempre cuidando que empate con los colores corporativos de la firma para evitar confusiones.
- Omitir colores organizacionales en el resto del material: aun cuando los colores y tonos corporativos yacen en el logotipo, se debe trasladar también al resto del material para que el branding se mantenga y el cliente sea capaz de ubicar de qué marca se trata, sin complicaciones.
- Errores ortográficos: cada contenido escrito en estos materiales debe ser revisado para evitar que al momento de imprimir y colocar, el shopper se percate de alguna falta ortográfica, detalle que además de romper con la armonía y buena comunicación, podría dar pie a burlas del consumidor que seguramente saldrían del piso de venta.
- Uso de imágenes en baja calidad: aun cuando el material POP a utilizar sea en dimensiones menores, es necesario que se ponga especial atención a cada imagen que aparecerá, y más al tratarse de piezas de gran tamaño, ya que en este caso la falta de calidad en la imagen sería más notoria.
- Malos montajes: realizar un montaje demanda estar pendientes de cada detalle en todo el material, tanto de forma individual como al momento de juntar cada elemento gráfico que será parte de determinado material.
- Saturación de texto y elementos gráficos: tal como sucede con el packaging, se debe cuidar que el material se lea de manera sencilla, sin que el texto e imágenes se den a malas interpretaciones. Sobrecargarlo u omitir dato e ilustraciones clave, también disminuirá su efectividad y cualidad comunicativa.