Argentina.- Para muchas personas masticar chicle es una acción que se ve muy mal, de hecho es considerada como una falta de educación en ciertos contextos. Esta percepción del producto afecta el consumo del mismo, así que la marca Beldent decidión hacer algo al respecto para cambiar este estigma.
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La firma cree que las opiniones en contra de mascar chicle son infundadas y contradictorias. Para Beldent masticar chicle no sólo fortalece tus mandíbulas, también mejora la percepción que la gente tiene de ti. Para comprobar esta hipótesis organizó un experimento en el museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires con ayuda de la agencia Del Campo Saatchi & Saatchi y varias parejas de gemelos indénticos.
Los gemelos fueron colocados en una sala de exhibición vestidos exactamente igual, la única diferencia era que uno mascaba chicle y el otro no. El experimento consistía en formular varias preguntas a los visitantes sobre el comportamiento de los gemelos. Las respuestas sólo estaban basadas en la percepción inicial que se tenía de las personas.
Una de las preguntas era ¿cuál de estos dos tiene mejor vida sexual? la mayoría de la gente señalaba al gemelo que mascaba chicle. Otro cuestionamiento era ¿Quién es un policía malo? las personas elegían al oficial que no mascaba chicle. 73% de los 481 participantes favorecieron a los gemelos que tenían goma de mascar.
Esta acción es un gran ejemplo de mercadotecnia BTL, pero también nos muestra el poder de la imagen en la percepción. Nadie conocía a los gemelos, nadie sabía cómo se llamaban, dónde vivían, qué les gustaba, ni qué edad tenían, todas las respuestas se basaron en impresiones iniciales que no podían ser comprobadas inmediatamente. Algo muy parecido pasa con los productos que compramos todos los días.
Las estrategias de marketing disfrazan los artículos para hacer más atractivos a nuestros sentidos y decidamos comprarlos. Los publicistas intentan convercenos moldeando nuestra percepción de las cosas. Uno de los mejores ejemplos está en los vinos, la gente se deja llevar por el precio: si un vino es caro entonces debe ser bueno, por el contrario si es muy barato debe ser de mala calidad.