Todo esto vendría a ser solo uno de los brazos del Marketing Sensorial, que apela a nuestros sentidos para generar emociones asociadas a un producto o servicio.
Aunque la música permite transmitir mensajes mucho más directos y evidentes, así mismo, manipular el comportamiento de los clientes en un lugar de compra o consumo y nos servirá para cambiar el público objetivo o reforzar en definitiva un slogan.