Tal como sucede con otras estrategias de mercadotecnia, el marketing político emocional es una constante y aliado para aquellos candidatos cuando están en campaña y posterior a ella.
En términos generales, este tipo de marketing lo que hace es apelar al lado emocional del electorado, a través de herramientas y recursos de comunicación para persuadir y con ello influir en los estados emocionales de la gente, para que de esta manera se genere una empatía hacia cierto contendiente y la persona avale y haga suyas las propuestas de determinado candidato.
Para llevar a cabo este tipo de mercadotecnia, los encargados de realizarlo se basan en una disciplina denominada neuromarketing, esto con el objetivo de analizar las reacciones de los votantes, ante ciertos estímulos y estrategias de promoción, en este caso de los contendientes, por lo que medir indicadores tales como la atención, memoria a corto, mediano y largo plazo, además de un compromiso emocional, es vital, tal como lo señala la maestra.
Persuasión y labor de convencimiento
César Enríquez Moraz, Presidente Fundador de la American Marketing Association y columnistas de la revista Forbes, explicó que actualmente cualquier político debe tener claras sus estrategias y planes de acción de marketing, ya que esto predispone o redirige a un votante hacia cierto partido, lo cual puede ser benéfico o perjudicial para cierta militancia.
En este sentido, el marketing político emocional es ideal porque redirecciona al votante hacia un candidato y sus propuestas, además de generar branding para su partido.
Entre las aplicaciones o usos que tiene, destacan los siguientes 3:
- Análisis de los contendientes: antes de buscar persuadir y convencer al electorado, es preciso que se analice y se entienda al candidato, mediante el entendimiento de su perfil, psicología, capacidades, acciones de lo preceden, entre otros y así crear un programa de marketing y promoción estratégico que lo hagan más competitivo, un líder capaz de comunicarse adecuadamente frente a la gente, en eventos como debates y actos propios de campaña, más a fin a los votantes y tenga altas posibilidades de ganar los comicios.
- Medición de reacciones del electorado: permite saber cómo reacciona la gente al escuchar, ver o conocer al mismo candidato, así como sus propuestas y situaciones suscitadas alrededor suyo. Para ello se puede recurrir a grupos de enfoque que midan las respuestas, tanto físicas como verbales, de los votantes frente a los contendientes.
- Uso y medición de herramientas tecnológicas: las redes sociales, por ejemplo, se han vuelto una plataforma clave para los actuales candidatos para persuadir y conocer más al electorado, y con base en los insights recolectados e interacción con usuarios, crear estrategias de campaña funcionales y eficaces para su promoción, tal como sucedió con la acción digital emprendida por Meade, la cual le sirvió para redireccionar a su sitio web oficial, estar en la agenda mediática, aunque no para ganar votantes.
Foto: Notisistema.