Desde hace algunos años ha cobrado fuerza un concepto que abona a lo que en cualquier profesión es una base fundamental, el marketing honesto. Es la propuesta que se basa en elaborar estrategias y ejecutar planes, desde la óptica de la ética, el respeto y la responsabilidad social.
La mercadotecnia suele ser tachada de frívola y despiadada, sus detractores destacan su alto grado de manipulación, un amplio margen de cinismo para mentir y un nivel constante de uso-desecho. Si bien es cierto que es una cucharada de un chocolate muy propio el tratar de cambiar esta percepción, también es preciso comentar que la mercadotecnia va más allá de la publicidad, abriendo así la posibilidad de entender que algunas de sus aristas se salvan de este contexto.
Sin embargo, la mercadotecnia se encuentra sometida a este juicio y por tanto existe un compromiso desde las empresas, agencias y universidades, a contribuir en nuevas interpretaciones que permitan un aplicación más ética de la mercadotecnia.
Hacer marketing honesto conlleva implicaciones más rigurosas, supone más trabajo inicialmente, pero luego que se convierte en una práctica común, se vuele un mecanismo implícito en la vida económica y personal de quienes lo ponen en uso. Algunas de las cuestiones más importantes al llevar a cabo este nuevo concepto son:
1. Comunicar con sencillez y veracidad.- lo que significa el dejar de emplear adjetivos que mientan o distraigan de los verdaderos atributos y potenciales del producto. Se promete lo que se puede cumplir. Una cosa es llamar la atención y otra es engañar.
2. Aceptar el error.- uno de los puntos más importantes, pues hemos creído que conservar o defender la reputación es igual a no asumir las fallas, sin embargo, las marcas y su oferta son falibles, por tanto el reconocer los errores, es un gran paso que habla de compromiso y voluntad de mejora.
3. Asume los desastres.- ligado al punto anterior, esta el aportar soluciones, el marketing honesto no se queda en la línea de la comprensión, sino que provee de respuestas que limpien sus errores.
Les comparto un video del 2011 de una campaña en donde las personas devuelven una cartera dentro de una campaña madre llamada “Razones para creer”.
Tome el ejemplo del refresco de cola, porque se que crea debate, por un lado la campaña fomenta la honestidad, aunado al mensaje de ser premiados por ponerla en acción. La duda respecto al daño que hace el consumo excesivo de los refrescos, es una tema en la agenda mundial, sin embargo, lo destacable es que el marketing honesto no solamente parte de las marcas para asumir o manifestar las implicaciones de sus productos, el marketing honesto tiene la posibilidad de provenir de muchas fuentes, por ejemplo los nutriólogos (colegios de profesionistas y cámaras), el gobierno, las organizaciones civiles e incluso la competencia que se basa en mejorar sus productos reduciendo los daños colaterales.
Al ejemplificar y poner en marcha las prácticas de honestidad deseadas, nos sumamos a una campaña que sale de las empresas o las agencias, es así como el marketing se pone la camiseta para ir más allá de la responsabilidad social corporativa, subrayando la concientización y los valores, lo cual supone por ende, un alto impacto en las responsabilidades que todos tenemos con la sociedad.