Una tendencia se está adueñando del mercado: los sentimientos y las emociones no sólo ayudan a generar lazos profundos con los clientes, sino que también sirven como elementos de peso para decidir una compra. Por este motivo, cada vez son más las marcas y las agencias que buscan llegar a la mente de los clientes desde una perspectiva mucho más emocional. Sin embargo, ¿cómo se puede hacer esto? Si bien existen distintos caminos, lo cierto es que uno de los más comunes es hacer por medio de los contenidos, para lo cual se necesita trabajar con el storytelling.
Las marcas y las agencias necesitan aprender a contar historias en las cuales las personas, particularmente el público meta, se sienta, en una primera instancia, atrapado, pero al mismo tiempo se sienta identificado y además se genere empatía.
Para saber cómo se tienen que construir ese contenido para que logre conectarse con las personas es necesario investigar a la gente a la que le queremos hacer llegar el mensaje, para lo cual nos conviene definir a la buyer persona. ¿Qué le gusta? ¿Qué no? ¿Cuáles son sus hábitos? Son algunas de las preguntas que debe responder este aspecto.
Una vez que se tengan bien perfilada la buyer persona, se necesitan conocer sus pains (que se puede traducir no sólo como necesidades) y también se pueden entender e inferir cuáles son sus drives (sus motivaciones que los llevan a realizar alguna determinada acción, como, por ejemplo, comprar algo).
Una vez que ya se tiene todo este conocimiento, es posible comenzar a diseñar contenido para conectar con las personas; sin embargo, es totalmente necesario medir los resultados obtenidos, para reajustar la estrategia y realizar los cambios que sean necesarios, con la finalidad de que en la próxima vez que se vuelva a implementar, sea más efectiva.
