Generar contenido ajeno al target
Aunque parezca una obviedad, algunas marcas suelen crear contenido a gusto de la empresa y no de sus consumidores. Es preciso que cada compañía genere contenidos que su target demande y aprecie.
Ponerse metas irrealizables
Una cosa son objetivos de negocio y los resultados que se esperan recibir, y otra muy distinta basar una estrategia de marketing en metas difíciles de conseguir o fuera de la realidad. Se vale pensar en grande, pero sin perder los pies de suelo, definiendo objetivos realizables para evitar frustraciones.
Escatimar en la calidad del contenido
Si ya se definió la estrategia, impacto deseado, formato y forma de promocionarlo, se debe considerar que se trata de una inversión que quizá requiere de un capital importante, pero si eso garantiza el éxito del contenido, bien vale invertir para no comprometer su calidad y que esto repercuta en el resultado.
Creer que los resultados se generarán en breve
Toda estrategia o campaña demanda cierta planeación, y recibir resultados también requiere de paciencia. En el caso del marketing de contenido también, se debe tener en cuenta que la respuesta no sucederá de la noche a la mañana.
No promocionar el contenido
Una campaña de marketing de contenido también requiere de una promoción para que el target pueda conocer lo que se ha generado, y entonces pueda surtir el efecto deseado.
Olvidarse de entretener y ser relevantes
Que sea contenido de valor no significa que sea aburrido, por el contrario, es preciso que la calidad de lo generado también sea entretenido para el consumidor y así le cause agrado atender el contenido.
Definir un formato, tener un tema y la idea de cómo hacerlo no lo es todo. Se necesita de una planeación, trabajar con la gente correcta, entender bien al consumidor, conocerlo y saber qué espera recibir de una marca, y siempre tener bien definidos los objetivo.