A inicios de esta semana el gobierno de México, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer los planes que se tienen previstos dentro del Paquete Económico 2020. Entre lo que se estipula destaca el alza al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), el cual impacta a empresas refresqueras y de tabaco, situación que no ha sido bien recibida por las marcas pertenecientes a ambas industrias.
Según lo anunciado por el actual gobierno, la cuota para bebidas carbonatadas pasará de un aumento de 1.17 a 1.27 pesos por litro el próximo año, acción que según la Industria Mexicana de Bebidas (ANPRAC), la cual representa a empresas como Arca Continental, Coca-Cola Femsa y GEPP, afecta directamente a la población más pobre del país, pues son los que más consumen este tipo de productos.
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En un comunicado emitido por la ANPRAC, la institución señala que el impuesto que ya se aplica ha sido ineficiente, pues hasta ahora no ha logrado una disminución en el consumo de bebidas azucaradas.
De acuerdo con dicha industria, luego de un periodo de 5 años de realizar estudios, análisis, recurrir a la academia, dar seguimiento a datos oficiales del Inegi y otros organismos, es evidente que el impuesto no ha funcionado y que solo ha perjudicado el bolsillo de los mexicanos de la población con menos percepción económica.
Por su parte, empresas como Philip Morris México, liderad por Andrzej Dabrowski, afirman que con esta medida la compañía ve complicado llevar a cabo alguna inversión o crecimiento en el país, bajo un contexto de alzas impositivas que podrían llegar a un 40 por ciento de un año a otro.
Ante este escenario, tanto marcas refresqueras como de cigarros consideran necesario entablar un diálogo con las autoridades correspondientes y así llegar a acuerdos que no afecten los intereses de las compañías, gobierno y consumidor.
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