La propia Maison llama a su patrimonio “una historia legendaria”,esta comienza a escribirse cuando Louis Vuitton tomó una decisión a sus dieciséis años, que no solo cambiaría su propia vida sino la de sus hijos y la de los hijos de sus hijos y las generaciones futuras: convertirse en un maestro de baúles.
La herencia de Louis Vuitton como fabricante de baúles precedió incluso a la fundación de la empresa, cuando Louis comenzó a trabajar como aprendiz de Monsieur Maréchal. En aquel entonces, los carruajes tirados por caballos, los barcos y los trenes eran los principales medios de transporte, el equipaje se manejaba con rudeza… entonces, los viajeros llamaron a los artesanos para empacar y proteger sus objetos individuales.
Louis Vuitton se convirtió rápidamente en un valioso artesano en el taller parisino de Monsieur Maréchal. Estas fueron las raíces de su oficio altamente especializado; los inicios de su carrera en una industria artesanal que requería habilidades para diseñar cajas a la medida y, posteriormente, baúles según los deseos de los clientes. Louis Vuitton permaneció ahí durante 17 años antes de abrir su propio taller en 4 Rue Neuve-des-Capucines, cerca de Place Vendome.
Un éxito anunciado que demandó una pronta expansión de operaciones con pedidos especiales para clientes de todo el mundo. Una marca de baúles a cofres del tesoro y la leyenda artesanal de un lienzo que tiene más de un siglo: el Monogram.
Louis Vuitton ha liderado rankings por su valor de marca y como marca famosa, no hay un referente tan gigante y poderoso del lujo cómo Louis Vuitton y sus disruptivos diseños en cofres y bolsos y toda su gama legendaria que vende un estilo de vida.
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