Plateros
Aquí se ubica el Santuario del Santo Niño de Atocha, el tercero más visitado en el país, pero aunque no seas creyente realmente vale la pena visitarlo. Su iglesia barroca con su puerta labrada en la típica cantera rosa de la región, vale la pena admirarse.
Templo de La Purificación
Esta iglesia es la principal de Fresnillo y de los pocos edificios históricos que sobrevivieron en la ciudad. Construida en 1750, ha sido víctima de actos violentos y prueba de ello son los impactos de balas que se encuentran en su torre. Cuando visites este lugar turístico no olvides disfrutar del Jardín Madero que se encuentra a un costado y que tiene el kiosco que Porfirio Díaz mandó construir en 1910 por motivo del centenario de la Independencia.
Plaza del Obelisco
También se le conoce a este lugar turístico como el Jardín del Obelisco, ya que al centro se encuentra dicho monumento que se construyó en 1833 y que fue inaugurado por el entonces presidente de México, Antonio López de Santa Anna. Además de contar con un reloj solar, te ofrece datos geográficos de Fresnillo. Sabrás, por ejemplo, que la distancia al Polo Norte es de 7,424 kilómetros.
Mina Proaño
Esta mina lleva casi cinco siglos siendo trabajada, desde 1961 por el Grupo Peñoles, y es una de las minas productoras de plata más grandes del mundo. Aunque sólo una parte de este lugar turístico está abierta para ser visitada, es una gran experiencia recorrer los túneles subterráneos que han sido trabajados a lo largo de tantos años.
Museo de Minería
Siendo Fresnillo una ciudad minera casi en su totalidad, este lugar turístico cuenta una parte fundamental de su historia y del trabajo de mineros durante varias generaciones. Lo que más sobresale al interior son las grandes maquinarias que alguna vez trabajaron en las minas que resultan un viaje al pasado industrial. Entre sus piezas que más llaman la atención está el primer aparato de Rayos X utilizada en el Hospital de la Compañía de Fresnillo.
Con información de Zona Turística.