Amigos de @InformaBTL trabajo desde los veinte años y en octubre próximo cumpliré cuarenta y siete años de edad, así que eso me ha dado oportunidad de transitar como ABOGADO CORPORATIVO Y REGULATORIO; ejecutivo en la INICIATIVA PRIVADA; funcionario dentro del SECTOR PÚBLICO; CANDIDATO POLÍTICO; entusiasta del #SOCIALMEDIA y comentarista en distintos MEDIOS DE COMUNICACIÓN, por tal razón, en este largo camino de vida profesional he tenido la oportunidad de conocer y convivir con una serie de imprudentes profesionales, quienes me han dejado muchas enseñanzas para intentar no ser como ellos.
Pero bueno, déjenme les explico ¿Quiénes son estos imprudentes profesionales? y desde mi humilde punto de vista:
“Son todos aquellos que no conectan su cerebro con su boca, es decir, todos aquellos que primero hablan, después piensan, hasta el último analizan las consecuencias de sus dichos y sus actos, y en el mejor de los casos, empiezan los lloriqueos y disculpas.”
Así pues, y una vez definida a esta no tan rara especie humana, es preciso mencionar que todos personajes tienen un denominador en común, y es que: NO ESTÁN CONSCIENTES DE SUS PROPIAS Y CONSTANTES IMPRUDENCIAS, situación que en la gran mayoría de los casos los llevan a crearse historias ficticias sobre que la gente está siempre en su contra, que no logran avanzar en su vida por las envidias de los demás y cosas por el estilo, pero siempre justificando sus comentarios y acciones con conceptos tan absurdos como: “YO SOY MUY HONEST@”; “YO SOY MUY DIRECT@”; “YO TENGO UN CARÁCTER MUY FUERTE” y otros más en el mismo sentido que solamente retratan su pequeñez e infinita soberbia.
Es decir, los #imprudentes profesionales se meten constantemente en problemas por tener una gran boca y un cerebro muy pequeño, situación que los retrata como gente conflictiva, que no sabe trabajar en equipo y que le encanta opinar a título personalísimo sobre cualquier tema de la vida de los demás, generándose enemistades totalmente innecesarias.
Más aún, los imprudentes profesionales consideran que siempre tienen la razón, que el trabajo o desempeño de los demás está muy por debajo de sus propias habilidades o expectativas, y obvio, carecen de toda autocrítica y reconocimiento de sus fallas, limitaciones y comentarios fuera de lugar.
Dicho lo anterior, estos personajes normalmente se generan un muy mal ambiente laboral, se ganan el desprecio de quienes los rodean y terminan irremediablemente solos y fracasados, tanto en su vida personal como profesional, ya que estas mismas conductas las llevan a cabo con sus parejas, familia, amigos y un largo etcétera.
Finalmente, me es claro que los imprudentes profesionales padecen una serie patologías psicológicas que reflejan constantemente su actuar día con día, y también, es un hecho que la “IMPRUDENCIA” es parte de todos nosotros los humanos, sin embargo, algunas personas la desarrollan a grados superlativos y otros más en momentos esporádicos; Así que, ninguno de nosotros esta exento de en algún momento de la vida volvernos imprudentes profesionales, pero por lo pronto, espero que estas líneas nos sirvan para reflexionar e intentar mejorar nuestra vida diariamente y no convertirnos en uno de ellos; Al tiempo.
Si tienen alguna duda no dejen de mandarme sus comentarios y con gusto se los responderé.
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